En estos grupos se pueden distinguir bien las aves que han nacido este año de las adultas. Éstas tienen la cara en tono rojo oscuro, las partes superiores negras y en ellas se aprecian perfectamente las largas rectrices.
Por su parte, los juveniles carecen de estas largas rectrices en la cola, la cara es de color anaranjado y las partes superiores presentan tonos azulados.
Las golondrinas aprovechan la abundancia de insectos de esta época estival para alimentarse activamente y adquirir la grasa que necesitarán en su larga migración, sobre todo al sobrevolar el desierto del Sahara. De acuerdo con los últimos estudios del programa Migra, un probable destino invernal de nuestras golondrinas se encuentra en las sabanas y bosques tropicales del África Occidental, al sur del río Níger.
Esto supone un viaje de unos 4000 km, que las golondrinas cubren en varias etapas. Las aves adultas hacen el viaje en menos tiempo y llegan antes a estas zonas que los jóvenes. Algunas aves seguramente ya han comenzado a desplazarse, pero el máximo migratorio no llegará hasta septiembre.