Las grandes derrotadas de las consolas de 32 bits (III): Apple Pippin

Por Juan Carlos Fernández

Aunque es un producto muy poco conocido en la historia de Apple (quizás con intención), la hoy todopoderosa compañía de Cupertino se atrevió a diseñar un engendro a medio camino entre una consola y un ordenador de bajas prestaciones llamado Apple Pippin.

Corría el año 1995 cuando Apple pensó que debía diversificar sus productos y adentrarse en el lucrativo mercado de las videoconsolas, ofreciendo un producto enfocado en la conectividad y el aprovechamiento de la tecnología CD. Como peculiaridad, Apple no quiso sacar la consola bajo su propia marca, prefiriendo licenciarla a terceros interesados. Símbolo de su poco potencial fue que sólo una compañía se interesó en el proyecto, Bandai, que fue la que finalmente comercializó la máquina de Apple.

Desde el punto de vista técnico, la Pippin entendida como consola no estaba mal, aunque si la entendemos como ordenador era ciertamente limitado. Contaba con procesador PowerPC 603e de 32 bits a 66 Mhz, 6 MB de Ram, 128kb de NVRAM, modem de 14.4 kb/s y CD-ROM. En este sentido, contemporáneas como la PlayStation contaban con 33 Mhz de procesador y 2 MB de RAM y la N64 llegaba a los 93.75 Mhz con 4MB de RAM.

El rotundo fracaso de Pippin, como suele pasar, no vino por la parte técnica, sino por otra serie de motivos que, en realidad, son aún más importantes. En primer lugar, cuando salió al mercado en 1995, el mismo estaba dominado por PlayStation (1994) y Sega Saturn, al tiempo que plataformas como la SNES y MegaDrive eran todavía muy populares y vendidas. No obstante, lo que realmente provocó la rápida muerte de esta consola fue el casi nulo catálogo de juegos, limitándose en gran medida a los de la propia Bandai que, por otra parte, eran demasiado “japoneses” para el gusto occidental.

Por último el precio de 599$ fue la puntilla para dar al traste este proyecto. Si bien es cierto que era un precio bajo si entendíamos a Pippin como un ordenador, era muy alto si se veía, tal y como hacía todo el mundo, como una consola. En definitiva, esta curiosa consola/ordenador se mantuvo en mercado aproximadamente un año, en el que apenas logró vender 42.000 unidades, la mayor parte de ellas en Japón.

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