Las grandes estrellas del rock que sufrieron la mayor tragedia: la pérdida de hijos

Publicado el 09 abril 2024 por Carlosdelriego

Cuatro años tenía Conor, hijo de Eric Clapton, cuando murió al caer desde el piso 53

Aunque bajo los focos puedan parecer otra cosa, es evidente que las estrellas del rock son idénticas al común de los mortales y, por mucho dinero que tengan, sufren las mismas enfermedades, accidentes y desgracias. De hecho, algunos han tenido que superar la más insuperable de las tragedias: la muerte de un hijo. El hecho de tener que enterrar a la propia descendencia, dicen los que han pasado por ello, es lo peor, lo que nunca se olvida ni se supera. Algunos de los más importantes de la historia de rock lo saben bien

Cuando una persona pierde a su cónyuge se queda viuda, y huérfana cuando mueren sus padres, pero no hay palabra que defina cómo se quedan los papis cuando pierden hijos. Grandes nombres del universo rock han tenido que pasar por tan trágico episodio y, seguro, con el mismo pesar, amargura e incluso sentimiento de culpa que cualquiera.

Bob Geldof será siempre recordado por los conciertos benéficos que organizó en los años ochenta del siglo pasado, y también por ser el autor de la inquietante e irresistible ‘I don´t like mondays’. Pero los focos y las cámaras no lo libraron de las tragedias familiares. En el año 2000 su ya ex mujer (lo fue de 1986 al 96), Paula Yates (famosa presentadora de tv), fue encontrada muerta por sobredosis de heroína. Paula y Bob tuvieron tres hijas, más otra que Paula había tenido tuvo con Michael Hutchence, cantante de INXS, quien se había suicidado tres años antes. Una de las hijas de Paula y Bob, Peaches, inició una carrera como modelo aun siendo adolescente; pero en 2014, con 25 años, fue encontrada muerta igual que su madre, por sobredosis de heroína, dejando dos nietos a un desconsolado Bob Geldof.

Considerado uno de los mejores guitarristas de la historia de este negocio, Eric Clapton sufrió el insoportable golpe de la muerte de su hijo Conor. Éste vivía en Nueva York con su madre, Lory del Santo (su ‘novia’ del 85 al 89 mientras aun estaba casado con Pattie Boyd). Eric había ido a verlo y pasar unos días con Conor, que tenía cuatro años. Según el informe oficial, una de las señoras de la limpieza del piso de del Santo abrió una ventana cuando, de repente, Conor entró corriendo alocadamente (como hacen los niños de esa edad) y se precipitó por esa ventana del piso 53. El guitarrista, como es lógico, quedó devastado, aunque no recayó en sus múltiples adicciones. Las terapias y el trabajo como compositor, como músico, le ayudaron a vivir con esa pérdida. Como todos los aficionados a esto saben, Clapton le escribió a su niño muerto la emocionantísima ‘Tears in heaven’, cuyo primer verso dice “¿Te acordarás de mi nombre cuando te vea en el cielo?’.

Uno de los grupos emblemáticos, imprescindibles, del mundo del rock fue Led Zeppelin, que se separó en 1980 tras morir el poderoso batería John ‘Bonzo’ Bonham en 1980 a los 32 años. Esta fue la causa de la lamentada desbandada…, sin embargo podría haber otro motivo. Tres años antes, cuando el grupo estaba de gira por EE UU, el cantante solista Robert Plant recibió la noticia de la muerte de su hijo, Karac, de sólo cinco años, debido a un virus. La gira se suspendió y Plant volvió inmediatamente a Inglaterra tras recibir la desgarradora noticia por teléfono. Profundamente afectado, Robert cesó toda actividad durante un año, en el que apenas vio a sus compañeros. Sólo Bonham fue a visitarlo y fue el propio batería quien lo convenció para volver a Led Zep. Por eso, se tiene por este episodio como determinante para la separación de la banda, puesto que Plant se sintió herido, resentido con Jimmy Page y John Paul Jones, quienes no le dieron un mínimo apoyo emocional, como si no les hubiera importado demasiado la tragedia de su compañero; por eso, al morir Bonham, Plant lo tuvo claro: nunca más volvería a montar en ese zepelín. En recuerdo de su desdichado hijo Karac, Plant escribió la preciosa canción ‘All my love’ (1979), que muchos consideran la última gran canción de la banda y una de las pocas en las que Page no participó como autor.

Roy Orbison estaba en el lugar adecuado en el momento justo cuando el rock & roll daba sus primeros pasos. En 1968 Orbison disfrutaba de su fama y prestigio con una gira por Inglaterra. El inconfundible cantante ya había perdido a su esposa, Claudette, en un accidente de moto en 1966. Sus hijos habían quedado en su casa de Hendersonville, Tennessee, al cuidado de sus abuelos mientras su padre estaba de gira. En septiembre de 1968 se declaró un incendio en la casa del cantante en el que perecieron sus hijos Roy Dewayne de diez años, y Anthony King de seis (el pequeño Wesley, de tres, sobrevivió). Los siguientes años fueron muy duros para Roy Orbison, pues a la terrible falta de sus hijos se unió su decadencia física (problemas cardiacos, digestivos y respiratorios) y profesional, ya que sus discos dejaron de venderse. Resurgió en los años ochenta, pero a finales del 88, con 52 años, su corazón se paró. Demasiados golpes.

Puede añadirse a la irreverente cantante irlandesa Sinead O´Connor, quien murió en 2023, apenas año y medio después del terrible suicidio de su hijo Shane, de 17 años; ingresado en un centro siquiátrico por desequilibrios mentales y riesgo de suicidio, el desdichado Shane encontró el modo de quitarse la vida, dejando una profunda herida en la cantante, que apenas lo sobrevivió 18 meses.

Por mucha fama y dinero que tuvieran, nadie se cambiaría por ninguno de ellos.

CARLOS DEL RIEGO