Desmontar las mentiras de la izquierda es una de las tareas más nobles y decentes que puede realizar un demócrata en España, pero es también una obra titánica porque las mentiras y engaños ocupan el espacio de un océano. La sociedad está plenamente infectada de mentiras y engaños. No es cierto que los ricos paguen mas impuestos que los pobres y las clases medias, ni tampoco es verdad que los impuestos se empleen en mejorar los servicios públicos, ni que desde el poder se combata la corrupción, ni que las leyes son iguales para todos, ni que España es una democracia, ni que los poderes del Estado son independientes, ni que los partidos políticos son democráticos y sirven al bien común.
Además de mentir, ocultan verdades, lo que también es promover la mentira y el engaño: no dicen que España es el país más endeudado de Europa, ni que, proporcionalmente, es uno de los que soportan mayor carga fiscal, ni que España es el único país que cobra el injusto e indecente Impuesto del Patrimonio, claramente confiscatorio, ni tampoco se habla del horrendo número de suicidios que hay en España desde que Sánchez llegó al poder, ni lo que nos cuestan de verdad los menas, ni que van a hacer con las pensiones, cuya bajada drástica están preparando. Ocultan que las izquierdas radicales tienen más comportamientos fascistas que VOX, porque son las que tiran piedras al adversario en los mítines, los revientan y crean ambiente guerracivilista.
Ocultan la nacionalidad de los delincuentes extranjeros, sobre todo si son de Marruecos, un país que está infectando a España exportando su su propia escoria. Desconocemos los acuerdos secretos del cobarde gobierno de España con el corrupto sultán de Marruecos. No mencionan jamás los crímenes de la República y del Frente Popular durante la Guerra Civil, que fueron muchos y horrendos. No hablan jamás del alcance terrorífico de la deuda externa española, ni de los intereses que hay que pagar cada año, ni en que se emplean los fondos secretos o reservados, ni cuantos aforados hay en realidad, ni cuantos políticos están cobrando del Estado, ni cuantos funcionarios hay, además de los oficiales, ni la cantidad de enchufados con carné de partido que cobran sueldos públicos, ni cuantos delincuentes políticos hacen cola en los juzgados para sufrir un juicio, ni cuantos varones están desquiciados y psicológicamente destrozados por culpa de las leyes de género, que penalizan al hombre por ser hombre, ni el verdadero alcance y consecuencia de la nefasta ley de Memoria Histórica, que es una fábrica de odios y rencores.
Ocultan la cantidad de negocios internacionales que España ha perdido por culpa de que Sánchez haya sentado a los comunistas en el gobierno, y también esconden las facturas que se están pagando a vascos y catalanes por apoyar al gobierno de Sánchez, ni las concesiones que se están haciendo bajo cuerda, ni las promesas que el gobierno ha hecho a sus socios, ni que trabajo de infiltración y purga se están haciendo en el seno de las fuerzas armadas y de seguridad, ni hasta donde llega el acoso a la Corona.
No sabemos quien roba las vacunas que han desaparecido, ni el numero real de muertos por la pandemia, que sobreprecios se pagaron por suministros de protección y mascarillas cuando eran necesarias y médicos y enfermeros eran enviados sin protección contra la pandemia, ni por qué se dejaron morir a tantos ancianos en sus residencias, sin tratamiento médico ni medicinas.
Ni siquiera sabemos con certeza en que se emplea el dinero que se recauda con los impuestos o por qué el impuesto a los combustibles no se emplea en arreglar las carreteras, como debería ser.
Podríamos emplear mil líneas más enumerando las mentiras, engaños, traiciones y ocultamientos. Han hecho de España el país más opaco de Europa. Nada sabemos de nuestras relaciones con Estados Unidos, del reame espectacular de Marruecos y de nuestro desprestigio dentro de las instituciones internacionales, incluyendo la Unión Europea y la OTAN. Nada nos dice por qué España está tan escasamente representada en las instituciones internacional. No sabemos nada de los acuerdo secretos con los británicos sobre Gibraltar. Ni siquiera sabemos el verdadero estado de la economía. Estamos rodeados de mentiras y de noticias confusas, cuyo único fin es adormecer y castrar a los ciudadanos.
No sabemos lo que realmente nos cuestan asuntos como los sindicatos, que ya no defienden a los obreros tanto como al gobierno, la compra masiva de medios de comunicación y de voluntades que realiza el gobierno para agrandar su poder, las compensaciones que se dan a Podemos por su apoyo al gobierno de Sánchez, ni los compromisos alcanzados con los "socios" del gobiernos.
Hay tanto secreto que hasta resulta ya lícito pensar que todo lo que es secreto es sucio.
Tampoco sabemos si los procesos electorales son limpios o si están podridos por pucherazos. ¿Dónde están y qué contenían las maletas venezolanas que trajo Delsy la fea?
España es una pocilga en la que se está asesinando la democracia y la verdad y se empuja al país, de manera irresponsable y contra la voluntad popular, hacia la mentira institucionalizada y el totalitarismo.
No nos han dicho que factura ha pagado España en los mercados internacionales por sentar a comunistas en el Consejo de Ministros. España es el único país de la OTAN con comunistas en sus entrañas y la factura que hemos pagado, sin saberlo, es de muchos miles de millones de euros y toneladas de desprestigio y marginación.
Francisco Rubiales