Nuestra primera visita en Luoyang ha sido a las Grutas de Longmen. Se trata de unas 2.300 cuevas y nichos, más de 100.000 imágenes budistas y unas 2.800 inscripciones, todas talladas sobre la roca de los acantilados a ambos lados del Río Yi.
Se empezaron a hacer cuando la Dinastía Wei trasladó la capital del país a Luoyang y fueron continuadas por la Dinastía Qi, Sui, Tang y hasta cinco dinastías más, aunque de todas ellas el mayor esplendor que podemos contemplar a día de hoy se construyó durante la dinastía Wei y la Dinastía Tang. En el año 2000 la UNESCO las incluyó en la Lista de Patrimonio de la Humanidad.
Donde nos deja el transporte es un lugar muy bonito con jardines y flores desde donde vemos el río y uno de los puentes que lo cruza. En este punto no nos podemos imaginar lo que vamos a ver justo 20 metros más allá.
Al empezar a doblar el acantilado el suelo cambia y empezamos a pisar ya el suelo original de esta maravilla.
Justo en ese punto empezamos a ver la pared llena de nichos y esculturas budistas… ¡ Algo realmente sorprendente que nos dejó con la boca abierta !
La gran gruta que se ve en el centro de la foto corresponde al Templo Qianxi.
Y esto no es sólo una pequeña excavación sino que se alarga por todo el acantilado hasta alcanzar 1 kilómetro de largo bordeando el cauce del río.
Dentro de estos nichos podemos ver paredes talladas con una infinidad de pequeños Budas. Sin ir muy lejos a una de ellas se la conoce como la Gruta de los 10.000 Budas.
Cada una de esas pequeñas figuritas no tienen más tamaño que medio dedo. Aparte, si nos acercamos, descubrimos que no están mal hechas, sino todo lo contrario, al mirarlas de cerca te das cuenta que tienen todos los detalles que podría tener una estatua de grandes dimensiones y sus rasgos están perfectamente definidos… Aquí es cuando te viene a la cabeza aquello de : “Esto es un trabajo de chinos“…
Seguimos el camino y descubrimos que no sólo hay estatuas budistas sino también incluso esculpieron en la roca pagodas.
Otra de las grutas más conocidas es la Gruta de la Flor del Loto, sobra explicar el porque…
Hay varias grutas que resaltan sobre las demás y se las conoce por su nombre siendo las más bellas las correspondientes a la Dinastía Tang y son un símbolo de la destreza en el tallado de la roca de este período. La siguiente foto corresponde a la Gruta Bynyang.
Seguimos adelante y seguimos viendo el acantilado ya no como un queso sino como una auténtica obra de arte al aire libre.
Estas esculturas son conocidas como el Nicho Moya de los Tres Budas.
Hemos llegado a la una parte donde unas escaleras nos invitan a subir y parecen decir que nos llevarán al plato fuerte de nuestra visita.
Y así era, al llegar arriba encontramos lo que se conoce como el Templo Fengxian donde Vairocana nos da la bienvenida con sus 17 metros de altura. Se llama templo porque antiguamente lo era y estaba cubierto por un techo aunque ya no quede nada de él.
A su derecha tenemos lo que creo que son semi-dioses o protectores de Buda, no estamos seguros. Si miráis bien bajo sus pies descubriréis que tienen a un demonio sometido.
A su izquierda otros dos protectores más.
La gran estatua de Vairocana esta flanqueada por dos monjes que son sus discípulos favoritos, Ananda y Kashpaya.
Os dejo una imagen aerea desde el otro lado del río que encontré donde se aprecia las grutas.
Bueno chicos, nuestra visita de la Grutas de Longmen acaba aquí y tenemos que seguir visitando más cosas, esperamos que os haya gustado.
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