Las Guerras térmicas.

Publicado el 09 febrero 2012 por Francissco

Calor or no calor. 

Vivir parte de tu vida en una oficina conlleva servidumbres variadas y una de ellas -y no la menor- consiste en el Pacto por la Temperatura Apropiada (PTA), una negociación ardua y espinosa. En la sala en la que estoy laboramos y rumiamos seis personas, cuatro permanentemente juntas y dos variables según horario. Y no todos los metabolismos son igual, como descubres al poco de convivir.

La Loca Friolera (LF) llega resoplando todas las mañanas, en un estado cercano a la muerte por hipotermia y preguntando con cierto enfado:  -”Leche ¿Seguro que está puesta?. Y por lo que a ella respecta es inútil que lo esté, porque la dependencia es espaciosa y a esta le ha tocado en suerte el Rincón Cabrón, aquel por donde no paran de entrar y salir todo tipo de gentes. Yo suelo rebajar siempre la temperatura que ella pone en los momentos en que no mira, cosa que es preciso aclarar.

Los motivos son variados; no molestándome demasiado la temperatura alta, tampoco gusto de asarme como una papa en una sartén, además de ser partidario de la selección darwiniana en estas épocas de inviernos con recortes que nos llegan, amigos míos.

Al ratito de haberla bajado, parece que a mi compañera LF le entra una especie de Petit mal epiléptico: agitaciones, espasmos y miradas aviesas al resto de nosotros, buscando desafiarnos. Como nadie ha advertido mi maniobra de bajada previa, todos componen caras de desconcierto.

Lo bueno es que las culpas se las suele llevar Descamisado Jovial (DJ). Siempre me ha asombrado que DJ sea capaz de deambular por toda la planta con una simple camisa, máxime con esta oleada siberiana que nos ocupa. Su corpulencia no cabe duda de que ayuda. Eso y el carajillo (café con licor for foreigns) que se zampa la criatura, bien cargadito nada más empezar, claro.

Su entrada es bien diferente de la Loca Friolera, como se deducirá. Al poco de sentarse, la cara empieza a enrojecerle y el cuello, al parecer, se le dilata. Ello explicaría que se quite la corbata como quien se arranca una pitón.-”Joder, la osstia en bote. Si aún no ha llegado la LF para que tenemos esto como una sauna”. Quien la ha subido tanto soy yo que, sin ser friolero, si que pretendo que el frío inicial se vaya pronto de la sala.

-“Al parecer la programan a última hora de la tarde” intervengo sibilino. No aclaro que soy yo quien lo hace, pero ese “la programan” es lo bastante ambiguo como para desatar teorías de la conspiración de lo mas variadas; que si la gerencia, que si LF, etc.

Ecologista Cándida (EC) se queja de que su cactus “antiradiaciones” (un horror infecto, lleno de pinchos y pelusas) se ve afectado por la sequedad del ambiente. -”Existen pulverizadores de agua para compensar” como propuso en el Buzón de Sugerencias provocando carcajadas inenarrables (si seremos brutos)

Y así con estas, nos da la hora de salir, amiguitos.

Saludos caldeados.

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