Algo tiene este sonido que desde pequeño me ha cautivado, algo hay en estas canciones que es escucharlas y sentirme bien. Es una sensación o un conjunto de sensaciones. Yo lo llamo “las guitarras limpias”, pero no hay que buscarle mayores explicaciones, es algo completamente subjetivo y posiblemente con poco fundamento.
El sonido de “las guitarras limpias” me transmite sensación de libertad y calidez, me sumerge en un estado de agradable nostalgia o de ensoñación placentera, me induce a dejarme llevar despreocupado, es evocación de recuerdos imaginarios, me trae imágenes de espacios abiertos o de puestas de sol estivales junto al mar, es cerrar los ojos y sentir el viento, me lleva a una California de ensueño que nunca existió, a ese mundo ideal donde todo es perfecto y no hay ansiedad… me lleva a veces a desvariar como creo que estoy haciendo ahora… En fin, las guitarras limpias es más que un sonido de guitarras que no sé describir porque puede que ni siquiera exista, es también un tono, el tono es importante. Y es un estado de ánimo.
Musicalmente es una entrada demasiado obvia que aporta muy poco salvo la oportunidad de escuchar por enésima vez estos temas enormes, maravillosos e intemporales. Son temas que para mí llevan la esencia de ese sonido y forman además parte de las canciones imprescindibles de mi vida. Y me doy el gustazo de ponerlas todas juntas.
Si hablo de “guitarras limpias” pienso sobre todo en The Byrds. Sí, The Byrds es la banda. The Byrds tienen el sonido y tienen el tono que me produce ese estado de ánimo, esa sensación de libertad y ensueño nostálgico. Por algo son una de mis dos bandas favoritas.
1. Del Shannon - "Runaway"
2. The Mamas & The Papas - "California Dreamin"
3. Scott McKenzie - "San Francisco"
4. The Byrds - "Mr. Tambourine Man"
Continuara...