Título original: One Kick (Kick Lannigan #1)
Páginas: 308
Editorial: Océano México
Kick fue raptada a los 6 años de edad y rescatada 5 años después. Tiradora experta, escapista y fabricante de bombas —aptitudes inculcadas por su captor—, a sus 21 años domina las artes marciales, el box y el lanzamiento de cuchillos. Kick entrena para mantenerse a salvo: no permitirá que vuelvan a arrebatarle su libertad.
John Bishop, un millonario enigmático y ex-traficante de armas, que dedica su fortuna y contactos para rastrear niños secuestrados busca a Kick para pedirle ayuda y le deja claro que no aceptará un “no” por respuesta. Kick se ve involucrada en una búsqueda incansable sin imaginar que las respuestas que se empeña en encontrar se hallan en uno de los pocos lugares que no está dispuesta a explorar: las oscuras profundidades de sus propios recuerdos.
Kick, a los 21 años, diez años después de haber sido liberada, es una mujer con muchos problemas emocionales, pero preparada y entrenada para patearle el trasero a cualquier persona porque nunca —NUNCA— permitiría que nadie la obligara a ir a ningún lugar que ella no quisiera ir, ni la obligara a hacer algo que no quisiera hacer. Nunca jamás. No otra vez.
Hasta que llega John Bishop, un hombre intrigante (que personalmente me imaginé como Michael Fassbender, si me preguntan) que tiene un personal interés en el rastreo de niños secuestrados, y por eso acude a Kick para pedirle ayuda para encontrar a dos niños recientemente desaparecidos. Ella, con todos sus traumas se niega al principio pero él no aceptará un no como respuesta, y comienzan a trabajar juntos en la búsqueda.
Una de las principales razones por las cuales amé éste libro, es porque Kick es un personaje genuinamente fuerte, a pesar de estar —literalmente— rota por dentro. Una persona que se empuja a ser lo más fuerte posible para no volver a ser vulnerable, a pesar de tener muchos traumas por dentro. Siento que la autora logró una dualidad en Kick que te hace sentir empatía por ella pero nunca lástima porque en ningún momento es una víctima, a pesar de que sí lo es.
Además que es un libro crudo sin caer en lo grotesco, que toca temas bastante delicados y sobre los cuales nunca había leído antes. Al menos a mi me gustó la forma en que la autora los abordó. Cuando lo lean —si se animan a leerlo— sabrán de qué hablo.
Me gustó tanto, que a pesar de tener una letra considerablemente pequeña (especialmente para mis muy dañados ojos) no pude parar de leer. Comencé en el trabajo, y al día siguiente en la noche ya lo había terminado. Dejé lo poco que me quedaba de vista en éste libro, pero es que simplemente no lo podía dejar, fue adictivo, impactante, intrigante y muchas cosas más. De esos libros que te hacen sentir mil cosas a la vez, pero nunca aburrimiento. Lo recomiendo totalmente.
¿Lo han leído? ¿Qué les pareció? ¿Les llama la atención?