Revista Cultura y Ocio

Las Hermandades contra los Bandoleros de los Montes de Toledo

Por Pablet
Las hermandades como forma de reprimir el bandolerismo 
"Los vecinos de Toledo que han algo en los montes veyendo los muchos males et estragamientos que los golfines et los otros omes malos facen ne lo suyo et en las nuestras cosas, et entendiendo que era servicio de Dios et de nuestro señor el rey don Fernando, et pro et guardo de Toledo et de su termino, acordaron de catar y manera de como se pudiese esto escarmentar, et ficieron hermandad entre si en tal manera que doquiera que supieren que andan los golfines e otros omes malos en la nuestra tierra que vayan en pos de ellos et que los prendan et los tomen tambén a ellos como a los que los encubieren porque so faga en ellos escarmiento et la tierra se guardada". 
Así se expresaba en el año de 1300 un documento que definía la hermandad de ballesteros, colmeneros y leñadores que había nacido en los Montes en el siglo anterior. No conocemos la fecha de su fundación que en principio debió ser espontánea, para institucionalizarse después. 
Las Hermandades contra los Bandoleros de los Montes de ToledoLa repoblación de los Montes se consolida muy lentamente impulsada primero por Alfonso VII quien dona Montalbán y sus territorios aledaños a los templarios, después a Téllez de Meneses y al arzobispo Jiménez de Rada. La repoblación se realizó generalmente teniendo como base una fortificación. torre o castillo, que garantizaba en lo posible un refugio en caso de necesidad y a voces fue un factor de estabilización de la población que necesitó, establecer sus propios medios de autodefensa en un territorio hostil, duro e inhóspito. Tras la retirada almohade, se afirma la vida en estas comarcas y se suceden los movimientos migratorios hacia ella propiciados por Talavera, el arzobispo Rada y los mozárabes. En este contexto humano y geográfico actúan los golfines come elemento hostil. Los colonos, en respuesta, se unen y forman grupos armados con sus herramientas y armas de caza especialmente ballestas, lanzas o picas con las que les hacen frente y persiguen. 
A los primeros repobladores de los Montes, Fernando III le concedió en 1220 el privilegio de seguir cazando y conservar sus fueros y costumbres que tenían establecidos desde Alfonso VIII. Es por tanto una sociedad rural que se autogobierna con "sus fueros y costumbres" al tiempo que se autoprotegen creando una milicia civil o hermandad frente al bandolerismo. Dice Pisa en el siglo XVII que "desde su primer principio no fue ordenada por los reyes sino por los mismos pueblos de los Montes..." lo que otorga a esta institución un carácter popular de nacimiento desvinculada de cualquier carta real hasta pasado un tiempo. 
Un hecho crucial en la vida de esta organización sucede en 1300 cuando se unen los toledanos de los Montes, con los talaveranos de la Jara y dos años más tarde los de Villa Real, en una federación, abriendo así una etapa donde la nueva institución resultante cobrará mayor efectividad coordinando sus esfuerzos aumentando el potencial humano y mejorando las estrategias de lucha contra el bandolerismo. 
La eficacia de la Hermandad primitiva radica en parte, en lo expeditivo y cruel de sus métodos. Este rigor se comprende por la necesidad de ejemplarizar, los castigos a quienes tenían pocos escrúpulos con los colonos de los montes, sus mujeres, haciendas y aldeas. 
La estructura en cada hermandad fue semejante y su organización independiente. Por lo que no se trata de una hermandad realmente, sino tres con ordenanzas comunes y un órgano de gobierno que las coordinaba: la "Llega" o Junta General de las tres.Ya en la nueva federación hermandina se establece la obligatoriedad de acudir a las persecuciones los colmeneros llamados, so pena de 100 maravedís y además que fueran armados de ballestas, lanzas y dardos e incluso a quienes estos convocasen. También se establecía el poder pasar por los territorios de cualquiera de las tres hermandades en persecución de bandoleros y un apoyo logístico de sus colmeneros. 
Más tarde se organizaron los alcaldes, mayordomos, regidores. alguaciles y apareció el procedimiento sumarial y la división del territorio en cuadrillas para la mejor vigilancia y persecución de malhechores. Las reuniones de las tres hermandades en Junta General o "Llega" se realizaba cada año en un descampado cercano a Navas de Estena.
El bandolerismo a partir del siglo XV 
La inseguridad en los Montes de Toledo y vecina comarca de la Jara remite notablemente a partir del siglo XV. Los golfines son figuras casi legendarias propias de la literatura hermandina. En los Montes y tierras de Ciudad Real localizamos por vez primera a mediados del siglo XV algunas bandas de origen político. Grupos de rebeldes a la corona capitaneados por Diego Muñoz y Manuel de Hernández con numerosos seguidores de a pie y a caballo, tuvieron enfrentamientos con la Hermandad en combate abierto. Las guerras civiles en Toledo también repercutieron en los Montes. En Retuerta conocemos otro encuentro entre la Hermandad y partidarios de los Ayala. 
No obstante la represión contra los comuneros castellanos provocó la huida hacia tierras catalanas engrosando las filas del bandolerismo catalán que fue la pesadilla del Emperador por cuanto que no dejaron de asaltar los transportes de oro que desde Sevilla, Madrid, Zaragoza llegaban a Barcelona. El foco critico de bandolerismo en la España de Carlos I y Felipe II fue Cataluña a donde enviaron sus mejores hombres le confianza como virreyes para combatirlo. 
En el siglo XVI conocemos una pragmática del Emperador fechada en Toledo el 7 de marzo de 1539 contra el bandolerismo. 
El bandolerismo en los Montes del siglo XVII ya no era sino un puro recuerdo literario. La Hermandad Vieja había decaído notablemente. Felipe V limitaba su jurisdicción en materia criminal. 
A pesar de este declive hermandino, se renuevan sus ordenanzas; las de Toledo en 1746, Talavera en 1749 y Toledo de nuevo en 1792. En el reinado de Carlos III renace el bandolerismo andaluz destacando la figura de Diego Corrientes (1757-1781). En el de Carlos IV se incrementa, siendo representativas las cuadrillas de el Tenazas (Francisco Mateos Pontón)y los Berracos. No influye en los Montes de Toledo el bandolerismo andaluz de esta centuria.
Fuente: http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?f=19&t=17154&start=30

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