Comenzó con una carta. Una carta que llevaba extraviada mucho tiempo, esperando durante más de medio siglo en una saca de correos olvidada en el oscuro desván de una anodina casa de Londres.
Edie Burchill y su madre nunca han estado lo que se dice unidas. Pero un domingo por la tarde llega a su casa una carta, perdida hace tiempo, con el remite de Milderhurst Castle, en Kent (Inglaterra), y Edie empieza a pensar que la frialdad de su madre oculta un antiguo secreto.Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Edie fue evacuada de Londres y acogida por la misteriosa Juniper Blythe en Milderhurst Castle, donde vivía con sus hermanas gemelas y su padre, Raymond, autor del clásico infantil La verdadera historia del Hombre de Barro. El espléndido y enorme castillo le muestra un nuevo mundo en el que descubre la fantasía y el placer de los libros, pero también sus peligros.Cincuenta años más tarde, cuando Edie busca las respuestas al enigma de su madre, se siente atraída por Milderhurst Castle, donde, ya ancianas, las excéntricas gemelas y Juniper viven todavía.En el ya ruinoso castillo, Edie investiga el pasado de su madre. Pero hay otros secretos escondidos entre sus muros, y Edie está a punto de averiguar más de lo que esperaba. Lo que realmente sucedió en las horas distantes ha estado aguardando mucho tiempo a que alguien lo desvelara.
Después de leer El jardín olvidado y La casa Riverton estaba deseando empezar con Las horas distantes, aunque con reservas porque me parecía demasiado bonito que las tres novelas de Kate Morton me gustasen en igual medida. Ya está hecho y ha sido, de nuevo, un paseo entre el pasado y el presente que me ha tenido atrapada hasta el final de la historia.