Cuentan los ancianos que hace mucho, mucho tiempo, cuando el mundo se estremecía por temor al inminente fin del milenio, un forastero llegó a las brumosas tierras de Irlanda con una misteriosa misión. Dicen que ese hombre, un monje atormentado y valeroso llamado Brian de Liébana, huía de unos malvados caballeros de tez pálida y alma oscura, cuyo nombre nadie osa pronunciar en voz alta sin santiguarse.Los más viejos afirman que Brian y sus compañeros, sabios religiosos venidos de todo el continente, se atrevieron a reconstruir el monasterio de San Columbano, antaño escenario de una cruel matanza. Y aunque algunos juran que profanar esas ruinas supuso el inicio de todas las desgracias, otros opinan que fue la presencia intramuros de una hermosa mujer celta lo que desató la ira de Dios.Pero si hay algo que nadie niega en esa isla de cielo gris y abruptas costas es que la muerte consiguió traspasar los muros del monasterio y extenderse por los senderos del bosque cual preludio del apocalipsis. Que una mano asesina, certera e impía, se cobró la vida de muchos inocentes, y que, durante largos meses, druidas y monjes, nobles y plebeyos vivieron atrapados bajo un denso manto de miedo y de sospechas.Ésa es la leyenda dejad que os cuente ahora la verdadera historia.
¿Y si " Los Pilares de la Tierra" y " El nombre de la rosa" tuviesen un hijo celta?
Casi todo el mundo tiene como referencia a Ken Follett cuando la trama de una novela gira entorno a la construcción de una iglesia o convento; incluso a Idelfonso Falcones con su novela " La catedral del mar". Y siempre viene a la mente Umberto Eco, por lo menos a mi, cuando en una novela de ambientación medieval se sucede una búsqueda y persecución de algún personaje o alguna investigación entre los muros de un castillo, convento, abadía, etc. En esta novela se ve esto, pero con un toque totalmente distinto y personal.
Para ir entrando en materia, la historia transcurre en Irlanda casi todo el tiempo. En ella, unos monjes se establecen en la zona más alejada y recóndita del tuan de Clare. Brian de Liébana, el cabecilla de estos monjes, intenta restaurar el convento que treinta años antes fue arrasado hasta los cimientos en extrañas circunstancias, matando a su antiguo abad, Patrick O'Brien. Desde entonces el lugar ha estado abandonado, y la gente solo se acordaba de él para sentir rápidamente un escalofrío en sus espinas dorsales y enseñar a los niños a no ir por allí. El monje, un peculiar hispano que no tiene los rasgos propios del sur de Europa, tiene que lidiar con numerosas trabas hasta que es capaz de ponerse manos a la obra. A medida que la misión de Brian va tomando forma, los peligros, los asesinatos y los misterios se suceden de forma inexorable. Pero al final todo se comprenderá... Aunque quizás no demasiado bien.
Sobre la sinopsis quiero decir algo. Revela información que no dice nada y solo se entiende cuando se termina la novela. Con esto quiero decir que es posible que lo que uno se espera de la novela no resulte. Esto me pasó a mí, pero la novela superó mis expectativas. Y por mucho.
Volvamos a la novela. Está dividida como en tres secciones. Podríamos decir que la primera es desde que Brian llega a Irlanda, cómo intenta reconstruir el cenobio de San Columbano, y se presentan a los personajes que prácticamente acompañarán hasta el final de la novela. En la segunda parte se centra un poco más en todo lo que rodea a la construcción del monasterio, pero con más acción que en la primera parte y con muchísimas más preguntas que resolver ya que durante el transcurso de la novela casi ningún interrogante es resuelto. Es en la segunda parte donde se puede empezar a sospechar quienes son los culpables de todo lo que pasa, dónde el lector se puede hacer las primeras hipótesis sobre qué paso hace treinta años, quienes son de verdad los protagonistas, qué secretos guardan... Y la tercera parte. El desenlace. Donde el argumento no deja de cambiar, la acción es constante y el lector puede seguir intentando adivinar qué es lo que ocurre.
Cada parte hilvana sus propias acciones, y aunque la narración es seguida, en cada parte se hace una especie de "parón" para permitir que la historia evolucione. Por ejemplo, entre la segunda y tercera parte hay un corte de varios días en los que, a priori, no ocurre nada.
Por el párrafo anterior es fácil suponer una cosa: la primera parte será mucho más descriptiva que la segunda, y esta mucho más que la tercera. Las descripciones físicas comprenden desde el territorio que rodea el cenobio hasta dicho monasterio, describiendo detalladamente su construcción y sus salas. Es posible que le sobre un poco de descriptiva, ya que en determinados momentos de la narración no es necesario por la rapidez de la acción y lo que hace es pararla. En este concreto caso, yo no he tenido problemas, pero sí es cierto que al lector le puede llegar a parecer un poco denso en algunas partes. Las descripciones psicológicas en numerosas ocasiones están omitidas debido a la gran cantidad de interrogantes que presentan los protagonistas. Sobre todo dos de ellos: Brian y Michael. Al resto se le puede sacar un perfil más o menos claro, pero se tambalea en ocasiones debido a que la narración hace que parezcan otro tipo de personas.
El lenguaje usado para describir y, por ende, para narrar, es relativamente claro, ya que abundan los términos en latín y en gaélico. Así mismo, hacen acto de presencia palabras más o menos cultas pero de fácil entendimiento.
Y es este ocultismo de las intenciones de los monjes una de las cosas que me engancharon a esta novela. El no saber que pasará, la cantidad de preguntas al aire, muchas conversaciones a medias o con datos incompletos despertaron en mi un ansia por conocer todo igual o mayor que a la protagonista femenina. Es algo distinto al típico narrador omnisciente que conoce los pensamientos de los personajes. En esta novela es algo más parecido a que un tercero que ha presenciado toda la historia la narre, pero a medida que transcurre. Algo distinto que he agradecido.
"-Mi vida por la de todos estos monjes, por la del hijo de Patrick,[...]
Los druidas asintieron y se dispusieron a abandonar la cámara sin demora. El trayecto hasta
Mothair era largo, y Finn y Euthne debían conocer aquel secreto cuanto antes.
La tensión reinante era tanta que nadie advirtió que el scramax había desaparecido."
La temática es de lo más variada. Predominan todo lo celta y todo lo referente a libros de la antigüedad y sus autores, a formas de ilustrar los manuscritos, de esculpir la piedra, de los ingenios bélicos. Y no nos olvidemos que es un libro de misterio, con sus traiciones, asesinatos, situaciones sin resolver; situaciones que le darán al lector más de un quebradero de cabeza si intenta, como yo, anticiparse a la narración.
También el cristianismo hace acto de presencia con los monjes y la mentalidad de los frates benedictinos. Es algo curioso de leer cómo el cristianismo y las tradiciones paganas druídicas conviven en paz gracias a los protagonistas, algunas veces enfrentadas pero casi siempre complementándose. Fue algo que me llamó mucho la atención debido a que, generalmente, en los libros del medievo se puede observar como el cristianismo en Europa intenta exterminar a las demás creencias. También hay que decir que es la Iglesia de Iona la que entra en escena, diferente a la romana; para que el lector de estas palabras se haga una idea, en el siglo X, la Iglesia de Iona permitía los matrimonios de los sacerdotes, había comunidades mixtas y hasta eran regidas por una mujer.
Y después de todo esto queda decir que esta novela no está exenta de buenas dosis de espadas, a pesar de que los monjes no pertenecen a la orden del Temple, están imbuidos por una fuerza y un convencimiento digno de elogio: el Espíritu de Casiodoro. ¿Qué es esto? Bueno... la pista está en Vivarum.
Como libro histórico, está trabajado y mucho. El conocimiento que Ferrandíz ha reunido de los libros antiguos, de cómo se creaba un manuscrito o se embellezaba, de cómo el cristianismo se fue introduciendo en los corazones guerreros de los celtas. Pero a mí, como amante de los libros, me ha impresionado la barbaridad de libros antiguos que aparecen en esta narración; muchos de ellos con un peso importante en la novela. Si bien los monjes no son excesivamente rígidos -históricamente hablando-, de forma general sí siguen fielmente la senda benedictina; además se trata un tema interesante como el uso de los vikingos como mercenarios y la compra de puestos en la Iglesia.
Hay una cosa que quiero resaltar. Juan Ferrandíz hace numerosos guiños a Bram Stoker. Que la academia de los antagonistas se llame la Scholomancia, que el antagonista sea un strigoi (bruja en rumano, Stoker lo usaba como "vampiro"; quiero recordad el dato curioso que está recogido en el blog: " en los últimos minutos de vida de Bram Stoker, este señalaba una esquina de la habitación repitiendo strigoi") o que tenga cualidades de vampiro es algo que no pasé por alto.
El final tiene prácticamente todos los cabos atados, menos lo que ocurre en las últimas veinte páginas. Esto es, si quiere seguir la trama tiene para más libros. Si la decide terminar, se quedan preguntas sin responder y una situación que acaba de empezar sin finalizar, dejando al lector, generalmente, con ganas de más. Yo espero y quiero que siga.
Y para animarme he encontrado en internet una entrevista a la agencia EFE en la cual dice que la saga puede continuar en función del éxito de la novela.
Como conclusión, una novela que personalmente me ha encantando, que se ha colado en mi top 3 y me ha dejado un vacío tremendo cuando la he acabado, lo que quiere decir que para mí ha sido una exquisitez. De forma más impersonal, una lectura recomendadísima para aquellos que quieran una novela histórica, de aventuras e intrigas en el medievo pero con la tradición celta como plato principal, unos giros de acontecimientos muy grandes y, porqué no, un poco de fantasía camuflada con superstición.
Os dejo con el booktrailler oficial de la novela. Espero que lo disfrutéis.
Este ha sido un regalo por mi cumpleaños de Stephanie. Solo supera a esta narración la dedicatoria que me dejó ella. Un regalo que en todo momento ha estado por encima de las expectativas y que guardaré como un tesoro. Le quiero dar las gracias por semejante presente y dedicatoria. Y muchas gracias también por todo lo demás, que es tanto que aquí no puedo puedo ponerlo ya que abarcaría más que la propia reseña. Muchas gracias, de corazón.