Paralelamente, los planes de estudios y las leyes de educación socialistas han ido reduciendo las exigencias educativas y el nivel de exigencia de los alumnos, regalando títulos y carreras a mediocres que nunca necesitan esforzarse para aprobar. Los maestros, profesores y vstedráticos han sido domesticados y obligados a otorgar aprobados casi generales por un ejército de comisarios políticos que las administraciones socialistas han situado en las escuelas, institutos y universidades con la consigna de fabricar mediocres e idiotas.
Los más elocuentes ejemplos de fábricas de ineptos y de mendigos están en el mundo, delante de nuestros ojos, a pesar de lo cuales la gente no aprende y sigue votando a sus verdugos: Cuba lleva seis décadas envuelta en la pobreza, con sus calles y viviendas derruidas y con una población que se prostituye en las calles para conseguir bienes de consumo que son imposibles de adquirir en esa isla de la miseria. Venezuela es todavía un ejemplo mejor, Es el país potencialmente más rico del mundo, el que posee las mayores reservas de petroleo, oro y todo tipo de minerales valiosos, además de playas paradisíacas, pero la pobreza hace estragos y la gente se muere de hambre después de que el comunismo chavista tomara el poder.
La presa más ambicionada por el comunismo mundial en la actualidad es España y el asalto comunista a la España abierta, próspera y receptora de casi cien millones de turistas cada año está capitaneado por el socialista Pedro Sánchez, ayudado por los comunistas de Podemos y por los nacionalistas vascos y catalanes, partidos podridos por el odio a España, país al que quieren destruir. España es valiosa para las legiones mundiales de la miseria porque es un país estratégicamente situado en el corazón del mundo, miembro de la OTAN y de la Unión Europea, desde el que se puede ejercer gran presión e influencia, militar, política y económica, sobre tres continentes y una zona de conflictos decisivos: Europa, África, América y el Oriente Próximo.
Las izquierdas empobrecen a sus pueblos y enriquecen a sus líderes. No es teoría sino realidad visible, al alcance de la mano, que millones de ciudadanos no ven porque son cegados por los eficaces aparatos de propaganda, creados por esas izquierdas necesitadas de engañar y disfrazar la realidad para seguir expoliando y dominando.
El asalto comunista a la fortaleza española es un viejo objetivo que fracasó cuando Franco y sus militares se rebelaron contra la II República, convertida en un bodrio donde cometían por el mando comunistas, socialistas, anarquistas y los eternos nacionalismos vasco y catalán, siempre vinculados al odio y la trifulca. El nuevo asalto comunista a España llega disfrazado de democracia y populismo y parece haber aprendido del pasado que debe ser más sutil e hipócrita para alcanzar sus objetivos de empobrecer, desculturizar y envilecer a los españoles antes de dar el zarpazo final.
La operación de acoso y derribo, previa a la instauración de una dictadura comunista sin elecciones ni ciudadanos, está en marcha y la pilota Pedro Sánchez, un tipo sin escrúpulos que ha sido capaz de convertir el viejo socialismo español en un ejercito rojo tan astuto, cruel y sectario como el bolchevique, e castrista o el chavista, especializado en destruir una nación para construir, sobre sus cenizas, un mundo comunista, que siempre ha sido de miseria, terror y sangre.
Francisco Rubiales