Las Jugadas De Los MienteMedios. Los Mercenarios de la Comunicación

Publicado el 19 septiembre 2019 por Moebius
El término independiente en el ejercicio del periodismo ha sido prostituido por medios y periodistas que se autodenominan "democráticos", quienes contradicen los valores de imparcialidad, objetividad y credibilidad al actuar como sicarios o mercenarios de la comunicación. Ahora, el dueño del Grupo América, Daniel Vila (uno de los pilares del aparato macrista de persecusión y propaganda hoy subitamente converso al antimacrismo) denunció públicamente que el presidente Mauricio Macri mandó al entonces ministro de Telecomunicaciones, Oscar Aguad, a presentar una denuncia penal en su contra con el objetivo de presionarlo para que se deprendiera de una frecuencia de 4G que luego el gobierno entregó al Grupo Clarín. La actuación del ocupante de la Casa Rosada para beneficiar al grupo Clarín y Macri como grupo de tareas de Magnetto queda en evidencia, pero también las jugarretas de los delinc... digo... los empresarios mediáticos.
"Él asumió un compromiso conmigo... cuando asume me pide que le devolviéramos al Estado el espectro. Teníamos un conflicto por el espectro que estaba paralizado por medidas judiciales. Entonces él me pidió que le devuelva el espectro porque lo tenía comprometido con Clarín. (...). ¿Qué hizo ahí el presidente? Lo mandó al ministro Aguad a meterme una denuncia penal. Cuando le devolví el espectro, me mandó un whatsapp diciéndome que ya le había dado instrucciones al Procurador para que dejara sin efecto la denuncia penal". Tengo el teléfono, los whatsapp. No solamente tengo los whatsapps, saqué fotocopias de las capturas telefónicas y las he hecho certificar por escribano.
Daniel Vila
El empresario eligió salir a hablar del tema cuando faltan apenas unas semanas para las elecciones presidenciales y en el marco de un notable cambio de postura editorial de las principales figuras de sus medios. Panqueques, le dicen en barrio. Para ellos es reperfilación mediática...
En boca del mentiroso, hasta lo cierto se hace dudoso
Que Macri ejerció presiones sobre empresarios para quedarse con sus empresas para él, sus socios o sus amigos, no es ninguna novedad, ni hace falta que lo diga Daniel Vila para saberlo; menos si se trata de medios: lo acaban de denunciar hace poco en juicio Cristóbal López y su socio De Sousa, ante la indiferencia del mismo periodismo que ahora se "sorprende" por la denuncia del oportunista dueño de América y Supercanal.
Que además eligió para poner de ejemplo de lo que decía, la adquisición de frecuencias para operar servicios de telefonía celular durante el segundo gobierno de Cristina, a través de Arlink, empresa controlada por Supercanal, empresa de cable de propiedad de Vila; y miente al menos en eso: en esta nota de Fernando Krakowiak en Página 12 de hace tres años pueden conocer los detalles, que se pueden sintetizar así: el gobierno de Cristina licitó frecuencias para la prestación de esos servicios, Vila ganó una parte del espectro a través de Arlink a cambio de pagar 506 millones de dólares que nunca pagó, y por eso en septiembre del 2015 le revocaron la adjudicación.Cuando el Estado recuperó esa porción del espectro la reservó para ARSAT a través de la Ley 27.078 de "Argentina Digital", y entonces Vila fue a la justicia federal mendocina (que maneja a su gusto y paladar, como sabemos ya desde los tiempos de la ley de medios) con una cautelar para dejar sin efecto la revocación de la adjudicación, el planteo fue rechazado en primera instancia y luego la Cámara de Apelaciones le hizo lugar, quedando la devolución de espectro "en el limbo" como tantas otras cosas, por vía de cautelar.Cuando Mauricio Macri llegó al gobierno y borró de un plumazo con el DNU 267 los artículos de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual (ley de medios) que le molestaban a Clarín (y que la Corte Suprema de Justicia declaró constitucionales), el ENACOM creado por Macri para reemplazar a la disuelta AFSCA archivó todos los planes de adecuación de los grupos de medios a la normativa derogada. Entre ellos, el que debió presentar el Grupo Vila-Manzano, también excedido de los límites de acumulación de licencias que establecía la LSCA.En ese momento a Vila no le molestaba el gobierno de Macri, ni que sus decisiones favorecieran a sus competidores y rivales de Clarín, en tanto al mismo tiempo lo favorecieran a él; y se reservó la parte de espectro asignado a Arlink para telefonía celular que nunca pagó, con la cautelar que aun hoy está vigente. Claro que entonces entró en colisión con los planes de expansión de Clarín, que había adquirido Nextel primero, y logró que el gobierno de Macri le aprobara la fusión entre Cablevisión y Telecom, después.Mientras toda esta guerra de negocios privados con bienes públicos (como el espectro radioeléctrico) se desarrollaba sin que el común de los mortales la conociéramos hasta ahora (en que Vila patea a Macri cuando está en el piso), Clarín y el multimedios del cual Vila es co-propietario se constituyeron en puntales mediáticos del régimen macrista; al cual le debían múltiples favores, y del que esperaban seguir obteniendo otros, eso sí: sin dejar de hablar nunca de la corrupción kirchnerista, ni de celebrar que existiera en el país la más amplia libertad de expresión.Después de la experiencia del conflicto por la ley de medios (que Clarín perdió en la justicia y ganó en la política, apostando al triunfo de Macri), el kirchnerismo pareció haber "aprendido" de la experiencia, y quiere desalentar los temores de los dueños de los medios sobre lo que haría si llega al gobierno: Cristina invitó a Vila a la presentación de "Sinceramente"· en La Rural, y Alberto Fernández invitó públicamente en diferentes oportunidades a Clarín a fumar la pipa de la paz , incluyendo la visita al seminario que todos los años organiza el multimedios en el MALBA, en el que estuvo presente el propio Magnetto.Pero las cosas son como son, y no como a uno le gustaría que fueran: si, como todo indica, el "Frente de Todos" llega al gobierno a partir del 10 de diciembre, se encontrará con que Vila sigue siendo el dueño de América y de Arlink, y seguirá guardándose (vía cautelar de la Cámara mendocina) una porción del espectro radioeléctrico para prestar servicios de telefonía celular por la que nunca pagó, y que seguramente usará como herramienta de extorsión para negociar.Y Clarín seguirá siendo Clarín, pero ahora más grande y dominante que nunca, reforzado por los favores que le hizo el macrismo: el pasado 12 de septiembre el ENACOM dictó la Resolución 3838 (verla completa acá), por la cual  deja sin efecto la asignación de parte del espectro radioeléctrico efectuada a favor de la empresa Telecom Personal Sociedad Anónima (actualmente Telecom Argentina Sociedad Anónima), como parte del cumplimiento parcial del plan de adecuación aprobado por la Resolución 374/18 de la Secretaría de Comercio Interior, que autorizó en los términos del inciso a) del Artículo 13 de la Ley N° 25.156 (Ley de Defensa de la Competencia) la fusión por la cual Telecom Argentina Sociedad Anónima absorbe a Cablevisión Sociedad Anónima.Según consta en los considerandos de la resolución, el ENACOM ya lleva rechazadas tres propuestas de adecuación (devolución de licencias y bandas de espectro) que presentó Telecom, lo cual prueba que el zorro pierde el pelo pero no las mañas: el Grupo Clarín se resiste a cumplir las condiciones bajo las cuáles le aprobaron la fusión, tanto como se resistió en su momento a cumplir con la ley de medios. En la misma resolución se dice que las frecuencias devueltas por Telecom (y las que aun debe devolver, para adecuarse) "...se encuentran en una banda que resulta ideal para despliegues en áreas urbanas y suburbanas, permiten alcanzar altas velocidades de transmisión de datos, y podrían ser puestas a disposición de distintos Prestadores de Servicios de TIC para su uso conforme los mecanismos de asignación que se consideren apropiados bajo la normativa vigente.". Traduciendo al criollo: el amigo Vila vio la oportunidad y se lanzó, no solo para conservar la parte de espectro que mantiene con la cautelar, sino para acceder a otras frecuencias que deberá dejar Telecom. ¿Y qué mejor para eso que tirarle tierra al gobierno que se va y a sus eternos competidores, en un mensaje más bien dirigido al gobierno que viene? Porque en junio del año que viene y aunque Alberto Fernández quiera enterrar el hacha en la guerra contra Clarín, se vence el plazo para que el Grupo cumpla con las obligaciones puestas como condición por el gobierno de Macri, para aprobar la fusión entre Cablevisión y Telecom. Es decir que a diferencia del lacrimógeno relato de Vila ante su empleado Fantino, no se trata de nada personal, ni está en juego la familia o la libertad: se trata estrictamente de negocios.
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