Las jugadas maestras del mus

Publicado el 17 enero 2014 por Albilores @Otracorriente

En el mus existe una serie de jugadas que determinan la suerte de las partidas. Estas jugadas suelen ser defensivas y nos permitirán conservar ciertas cantidades de chinos que no deben escaparse de nuestro poder o harán que matemos juegos en el momento en que menos se espera la pareja rival.
Las jugadas defensivas deben realizarse cuando vamos detrás en el marcador o con el marcador igualado, es decir, mantener ciertos chinos a nuestro favor que no deben ir al rival.

Una jugada defensiva que probablemente no nos querrán casi nunca o nunca sería por ejemplo:

-A 20 chinos iguales, los dos compañeros tienen juego de mano por delante del rival. Ambos son mano ya que el jugador rival es el último de todos. Tengamos lo que tengamos, echaremos órdago siempre. El jugador rival, probablemente no nos querrá nunca aunque tenga la 31. Dos jugadores rivales por delante son muchas posibilidades de que uno de los dos tenga la 31 ya que es una jugada relativamente fácil de coger. ¡Ojo! Lo haremos con el juego igualado o por detrás en el marcador, nunca con el juego excesivamente favorable a nosotros ya que podría querernos si los rivales se ven perdidos. Aseguraremos 4 chinos de nuestros juegos más el deje suponiendo que no tengamos 31.

Las jugadas ofensivas nos darán muchos chinos e incluso juegos a nuestro favor en momentos que el rival no espera.

Una gran jugada que aparentemente es una locura, pero nada más lejos de la realidad, se hace con la 31 de postre. En este caso, la gran mayoría de las parejas que “saben jugar”, suelen ser conscientes del peligro de echar un farol al juego de mano y suelen echar un número similar teniendo en su poder la 31 como al tener 33, 34 o 35, es decir, defenderán su jugada apostando la misma cantidad de chinos teniendo la 31 que con una jugada paupérrima que en paso probablemente no ganarían.  Sin embargo, un gran defecto de muchas parejas suele ser bajar la apuesta con jugadas buenas pero batibles, como 32, 40 o 37.

Lo que ocurre es que son conscientes de que siendo mano, el postre no les va a revocar echen la cifra que echen, y si el postre no tiene 31 la posibilidad de hacerse con el juego echando una apuesta de pocos chinos es suficiente. Probablemente envidarán o apostarán 3 chinos teniendo 32 ó 40. Si el postre tiene 31 querrá el envite, pero la pérdida no será muy grande. En cualquier otro caso ganarán probablemente los envites sin riesgo.

Y es aquí donde entra nuestra jugada maestra, ya que nos habremos fijado previamente en este detalle del rival, circunstancia que se da en multitud de parejas de manera consciente o inconsciente,  que envidarán con 32 ó 40.

Cuando el rival nos envide, nosotros revocaremos siendo postre apostando 4 chinos más, ante el estupor de rival que es mano; una de sus reacciones será probablemente cerrar la apuesta con lo que le habremos sacado 6 chinos además de hacernos con el juego con seguridad.

La otra reacción que tendrá el rival será defenderse ante lo que el considerará la “impertinencia” de un jugador por haber revocado la mano siendo postre y probablemente nos volverá de órdago. Sabiendo que este jugador no supera los 32 al juego, lo querremos sin ni siquiera tener que pensar por lo que se quedará petrificado.

Recordad siempre que es la suma de todos los conceptos contados en los artículos los que nos harán crecer como jugadores. ¡Suerte!