LAS LÁGRIMAS DE SAN LORENZO.Julio Llamazares.

Publicado el 28 abril 2016 por Beatriz68
¿Qué son las lágrimas de San Lorenzo? Son las estrellas fugaces que pueden verse la noche dedicada a este santo.
En esta novela Julio Llamazares nos habla de la fugacidad del tiempo, de la vida, de las personas ...teniendo como excusa una noche de San Lorenzo que pasa con su hijo contemplando las estrellas que caen y rápidamente desaparecen. Una noche que le parece una situación repetida de otra que él pasó con su padre.
Con una sencilla pero maravillosa prosa poética, Llamazares toca temas como la fugacidad, la memoria, los recuerdos, la melancolía, la realidad, la ensoñacion, el miedo,los diferentes mundos, las fronteras, la soledad, la noche, la muerte, el tiempo, la eternidad, Dios.
Os dejo los fragmentos que más me han gustado.
 

Y sigo, soñando recordando aquella casa y aquellos días felices que pasé en estos montes cuando todavía creía que la vida era una estrella que no se apagaba nunca.



Siempre me sorprende el tiempo. Más que el tiempo, su fugacidad. Como una de esas estrellas que cada poco surcan el cielo perdiéndose para siempre, mi vida se va alejando a velocidad de vértigo de la memoria que conservo de ella. Mi vida y las de los demás.


Por eso, entre otras razones, he vuelto esta noche aquí: para recuperar un tiempo en el que el miedo aún existía.
Pero la vida no tiene vuelta como la juventud o el viento, La vida pasa y nunca retorna por más que nos neguemos aceptarlo, como le sucede a muchos.


Al fin y al cabo, ¿ qué he sido toda mi vida sino un pobre trotamundos sin destino, un pasajero en un tren -el tren de la soledad- al que me subí muy joven y del que ya no he vuelto a bajarme más ?


¿De verdad existo? ¿ De verdad todo lo que ahora recuerdo lo viví en la realidad, o es la ensoñación de un dios cuyo único idioma es el tiempo?...


Pero la vida no tiene vuelta. Como la juventud o el viento, la vida pasa y nunca retorna por más que nos neguemos a aceptarlo, como les sucede a muchos.


Desde que cayó la noche ( me refiero a los perros y a los coches, enmudecidos casi a la vez; se ve que se necesitan ), el espacio parece una campana de cristal en la que vibran sonidos imposibles de escuchar en otras horas. Y de identificar también. Son esos ruidos que vienen desde los árboles, desde la profundidad del monte, del propio cielo que los recorta (más el monte que los árboles, que se confunden con la maleza y con las sombras de sus propias ramas ) con su resplandor eléctrico, como de telón de un cine atravesado de irrealidad y de fantasía; un telón en el que se proyecta el mundo y, en él, todos los temores que alientan los corazones de las personas, estén despiertas o estén durmiendo, cada una con su propio sueño.


Quizá el mundo de mi abuelo (y de mi abuela, y de mi tío el desaparecido, y hasta de mi propio padre, que, aunque trasplantado a otro, nunca lo olvidó del todo) alienta en mí todavía, siquiera sea por la memoria que guardo de él. Nadie muere mientras lo recuerdan y con el mundo pasa lo mismo, supongo.


Aunque, a veces, como esta noche, me sumerja en el recuerdo de otras lunas y me mantenga despierto durante horas escuchando el temblor del mundo en la oscuridad…


Pues lo mismo pasa con las personas. Parece que van a durar siempre, que nunca te abandonarán del todo, cuando te das cuenta, han desaparecido del mundo sin siquiera dejar un rastro de luz como las estrellas; todo lo más una leve huella en la memoria de quienes las amaron que desaparecerá con éstos, porque también ellos desaparecerán un día. Y así generación tras generación, lo mismo que las estrellas…


El efecto, tenía razón Daniel: todas las épocas se terminan y lo mejor es dejar que se desvanezcan en lugar de prolongarlas artificialmente en el tiempo como he visto hacer a muchos ignorando que la naturaleza de éste este precisamente su fugacidad.


Aunque el tiempo transcurrido ya es muy largo, los veo ahora como cuando estaban vivos o cuando compartían conmigo la realidad y no su reflujo. Debe de ser mi imaginación, que ha convertido la noche en una pantalla en la que se reflejan mis pensamientos y recuerdos, que son los restos de la película de mi vida, que vuelve a pasar de nuevo por mi memoria.
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Publicado con Blogsy