Clasificación: Novela
Editorial: Antonio Machado Libros
Mañana se pondrá a la venta el libro que hoy recomendamos. Les animo a que lean esta reseña porque confío en que muchos de los que lo hagan se animen también con la novela.
A la hora de elegir un libro son muchos los aspectos. Podemos optar por un escritor que ya nos gustó buscando sus ambientes, sus personajes, la música de su poesía… También puede ocurrir que nos guste el título, leamos unas páginas, o la contraportada, y decidamos probar. Otra opción es que nos guste la presentación del libro, las imágenes de cubierta, solapas y demás, todos estos aspectos también predisponen a leer un libro. También podemos haber leído una reseña, o una entrevista con el autor, o autora, y que nos resulte suficientemente atractivo para comprar su obra. Hay muchos otros pero tengo claro que cualquiera de los motivos expuestos podría llevarnos a leer la nueva novela de José Luis Hinojosa.
El título, Las lágrimas del agua nos hace dudar de si son de alegría o de tristeza, o incluso, si se refieren a la calidad del agua, como en los vinos de lágrima. Los que ya conocen a Hinojosa seguro que repetirán porque es un autor que engancha, sus historias nos atrapan una y otra vez y nos hacen vivir vidas especiales muy alejadas de nuestro día a día. En cuanto a la presentación de sus libros, se trata de auténticos caprichos de diseño que nos recuerdan su etapa de empresario de moda –aprovecho para señalar que la historia se adentra en el mundo de la moda- Por último, pero no menos importante, José Luis Hinojosa quizá no sea todavía lo que pudiéramos entender por un autor mediático, pero sí de culto, un autor muy querido por sus seguidores, más de boca a boca que de pretenciosas campañas publicitarias. Un autor, al fin y al cabo, de los que quedan en nuestro recuerdo, no de esos que están de moda un año y pasan al olvido.
Antes señalaba que la novela, por fin, se adentra en el mundo del negocio de la moda que tan bien conoce el autor, sin embargo, no esperen una frívola historia de supermodelos y fiestas nocturnas sino una historia que relata la cruda realidad del trabajo y del esfuerzo que hay detrás del éxito. También del diseño en general, en este caso, de un complejo sistema para mejorar la visibilidad de los cuadros de mandos de los coches. Y enlazando las dos cosas, el mundo de los registros y de los buitres carroñeros dispuestos a robar las ideas de los creadores. En fin, argumentos todos ellos que suponen novedades interesantes al lector ya que hasta ahora no había leído ninguna obra que profundizara con tanto atino en estas cuestiones.
Cuando leo a Hinojosa no puedo dejar de hablar del galán, básicamente es alguien que hace vivir a la dama un cuento de princesas. Algo así como ocurre con Richard Gere en una película muy apropiada para definir la figura, Pretty Woman. Como bien indicaba Arturo Fernández, un galán no puede hacer nada sin una buena cartera, o tarjeta de crédito, que haga posible ese cuento de princesas. Sin embargo, los galanes de Hinojosa siempre enseñarán al lector algún detalle bonito que puede no costar un céntimo y que hará que la chica que llevamos al lado se sienta igual de princesa que Julia Roberts en la película que hemos indicado.
Sin embargo, la novela que hoy recomendamos, Las lágrimas del agua, de José Luis Hinojosa –Antonio Machado Libros- es como una moneda en la que lo primero que viéramos fuera la cruz para luego encontrar la cara. Si Amalio era ese galán que tan bien habría interpretado Antonio Banderas, la protagonista de esa parte de cruz que enlaza con el final de la obra es Paula, ella no tiene tanta suerte.
Paula es una luchadora que vive en una montaña rusa en la que pasa de unos empleos en los que se valora su trabajo e inteligencia a ser despedida. De ahí, a ser una audaz inventora que nuevamente se ve traicionada… En fin, un personaje de ida y vuelta que diría un futbolero.
Si a eso añadimos que se desahoga en su diario y la edad del personaje, se nos vendrá a la cabeza otra figura de éxito tanto en cine como en literatura. Nos referimos a la protagonista de la saga de Bridget Jones, escrita por Helen Fielding y llevada al cine, primero por Sharon Maguire y después, por Beeban Kidron aunque a quien todos recordamos es a la actriz que ha encarnado con maestría al personaje –Renée Zellweger-
Para rematar la faena, José Luis Hinojosa nos lleva a la tragedia clásica de Sófocles y nos recuerda que los ricos, no por tener tanto dinero tienen que ser más felices. Me ha encantado esa conversación entre Paula y Amalio en la que ella le pregunta a él por todo su dinero: <¿Para qué? ¿Te ha dado la felicidad?> -La cita no es literal- Él reconoce que cuando se crea un imperio, esa labor se apodera de uno de manera que le produce una responsabilidad en la que dicha labor está por encima de todo. Mucho se pierden los poderosos si son así realmente.
El final va a sorprender y por tanto, no tiene sentido decir nada más. Solamente que no dejen de leer hasta la última página.
En definitiva, el autor vuelve a destacar como un gran creador de historias y personajes en lo que profundiza mucho y que nos evaden a unas vidas que muy poco tienen que ver con la de la mayoría de nosotros. Por otro lado, sus sentimientos, sus penas y alegrías sí son muy similares con lo que podemos vivir con facilidad sus vidas en las tres novelas escritas ya por él.
Queremos advertir a quienes ya hayan leído a Hinojosa que en esta novela hay un cambio, una voluntad de hacer algo que mantenga cierta fidelidad a sus dos novelas anteriores por un lado; por otro, que aporte más profundidad, más reflexión y nuevas propuestas a su estética, este cambio podría suponer de alguna manera la confirmación del autor como un novelista al que tener en cuenta en nuestra literatura contemporánea.
Formalmente, verán que es una obra más voluminosa, más páginas para dar vía de expresión a una de las mejores historias de 2014, lo que se mantiene inmutable es el exquisito gusto a la hora de presentar los trabajos, en este caso, la bruma, un embarcadero y una bicicleta de cartero que tiene un significado importantísimo, tanto que según escribo se me han puesto los pelos de punta. Que la disfruten.
Adolfo Caparrós Gómez de Mercado