Revista Opinión

Las lecciones del 4 de julio y la herencia de la libertad anglosajona y protestante

Publicado el 05 julio 2022 por Liberal

Señores: Empezaré esta entrada diciendo que el pasado viernes 1 de julio, regresé a Virginia tras un cortísimo viaje burocrático a Nueva York, debido a la compraventa de una de mis casas allí que he finalizado. Ohh, qué glorioso es Dios todopoderoso que una casa que compré por menos de 500,000 dólares en el año 2000, pudo ser vendida a un precio de millones de dólares. No obstante de ello, sigo teniendo otra casa allí porque es buena tener bases, si es una posibilidad. Pero, en todos esos trámites, no dejé de comprobar que tomé una buena decisión a la hora de no vivir allí de forma permanente. Aunque la perversión es nacional e internacional, el nivel de degradación cultural que hay en Nueva York, y otras ciudades occidentales es palpable. Pero bueno, el pasado viernes el vuelo salió de Nueva York a las 10 de la mañana (todo fue bien…y en el aeropuerto la señora de control de identidad soltó un comentario jocoso al ver mi billete: ¿Con que a Virginia, no? «Sí», le contesté. La negra me dice «¿no estarás preparándote para ir a trabajar con el gobernador Youngkin no?», a lo que le contesté: «qué va, soy más ambicioso. Quiero llegar al Congreso federal para enderezar a unos cuantos».

Señores, nada más aterrizar en Virginia, en el pueblo de Jefferson, llamé a un taxi para que me lleve a mi granja mansión del siglo XIX. Nada más montarme en el taxi, qué maravilla. El conductor, un señor algo mayor que yo, de raza blanca, sin conocerme de nada, me dice «vaya fin de semana que nos espera por el 4 de julio». Yo: «sí, hay mucho turista que ahora viene aquí». ¿Y usted, caballero? ¿Es turista o residente? «Me acabo de mudar hace poco aquí». ¡Vaya, ¿de dónde?! De Nueva York. Lo que hace de diferencia tan solo una hora de vuelo señores. Del bastión ultra izquierdista de Nueva York, a Virginia. Nada más contestarle eso, el tipo tenía todo tipo de pegatinas con bandera americana y a favor de las armas y Dios. «Vaya, pues para ser neoyorkino pareces muy educado. Mis peores pasajeros han sido New Yorkers, lo siento». Yo: no me sorprende lo más mínimo. La gente es super borde en NY. Me contesta: «Y lo que es peor, votan a Biden y le tienen miedo a las armas…con razón vuestra ciudad tiene tanta delincuencia.» Otra perla que me suelta: «yo por ejemplo no tengo problemas con los negros ni con los gays, ahora bien, que no me pidan poner su banderita porque esa es mi libertad. Ellos no dicen eso de «my body my choice?» ¿Y lo mío qué? Este país se va al infierno con los demócratas». Jejeje, qué bueno regresar a la tierra de Jefferson. Me alegro de volver a estar rodeado de gente armada. Un país armado es un país seguro y libre. Me alegro de volver a una zona en la que «cristiano» significa cristiano protestante, y «católico» es «otra cosa», que NO es cristiana, por supuesto. No hay duda que Cristo, más que ningún otro personaje de la Biblia, fue el que más predicó sobre el INFIERNO y su realidad para los pecadores e impíos. Pero hoy 4 de julio hablaré sobre otro tipo de libertad relacionada: la independencia de EEUU y sus implicaciones para nosotros. Porque, está claro que la nación americana histórica, que hoy por hoy se encuentra de forma mayoritaria en el sur, está en un proceso de una segunda independencia. Esta vez NO de ningún rey europeo, sino de los «reyes» en Washington D.C., que yo suelo llamar «el régimen del Potomac». El régimen del Potomac es el régimen de la banderita arco-iris. Es el foco desde donde sale todo lo «woke», las teorías raciales que buscan imponer una mezcolanza sin precedentes y a la fuerza, y lejos de ser un régiment compatible con la Constitución, es su enemigo, como hemos visto en las reacciones que han tenido contra los últimos varapalos judiciales sobre el aborto y las armas. Al tema, pues.

Podreis decir muchas cosas de los que somos digamos más «chapaos a la antigua», pero no sé, miro cualquier foto del «lumpen» tan común en Occidente ahora, y veo una cantidad de gordos y también de mujeres gordas, agresivas e impresentables impresionante para mí. Te invito a que visites cualquier iglesia libre y protestante algún domingo, y verás un mar de diferencia. Las señoritas, todas con sus vestidos y faldas largas, pelo largo, limpias, una sonrisa increíblemente amistosa y sin amarguras. No se pasan toda la vida echándole la culpa a los hombres…al contrario, buscan a hombres que sean exitosos y respetuosos. Tampoco están todo el día echando por tierra el país que las vio nacer….como los callos en lo que hoy se hace llamar la «izquierda», que realmente no es una izquierda de toda la vida, no…sino más bien una izmierda. Hablas con cualquier tipo que se hace llamar «de izquierdas» y no tiene ni puñetera idea de su propia ideología. Le hablas de Lenin y apenas lo conocen…»¿Le-quién?» O incluso, les preguntas sobre Marx, y solo te sueltan dos o tres frases hechas. Dais vergüenza ajena. Yo en mi corazón siempre sentiré gran respeto por un revolucionario de la izquierda, aunque no comparta todo. Al menos puedo respetar a hombres como el Che que murieron por su causa. Pero, ¿vosotros? Jejeje…para lo único que sirven es para ir a un «freak show», porque mirándolos bien, me hacen recordar a época de carnavales cuando sacan las bestias exóticas de las jaulas. Por eso estais tan amargados y odiais a los que somos libres y no tenemos complejos. Este 4 de julio, para celebrar la libertad, me compraré OTRA pistola más. Beberé una copa, y permitiré fumar a mis huéspedes. La izmierda tiene mucho en común con las moscas: comen mierda. A la gente normal, no nos gusta la mierda, no la comemos. Solo nos gusta lo bueno, lo edificante. Somos como las abejas: somos felices, laboriosos, no olemos a mierda. Ese es mi mensaje del 4 de julio a ellos. Es un día para gente realmente libre que no está muerta en su interior. Mientras ellos lloran hoy y dirán «qué malvados son los hombres blancos protestantes», yo hago barbacoa.

Para la mayoría de los estadounidenses, el Día de la Independencia significa petardos y comidas en el campo al aire libre. La Declaración de Independencia de 1776 apenas aparece como tema de conversación, especialmente por supuesto entre la clase progre-urbanita. La ironía es que es mucho menos probable que hoy la gente lea la Declaración de la Independencia, cuando está disponible a cualquier en la red, en comparación con la época colonial cuando dependían de mensajeros a caballo.

Ya que estoy en la tierra de Jefferson, no está de más decir que Jefferson, el autor de la Declaración, la llamó “una expresión de la mente estadounidense”. Si analizas el pensamiento constitucional de Jefferson, está claro que él ya no consideraría la mentalidad colectiva de los estadounidenses contemporáneos y sus líderes ni lo más mínimamente «estadounidense». Yo he tenido, y tengo, muchísimas diferencias con la ideología de Jefferson, pero nunca ignoro que era una especie de «whig» estadounidense cuyas raíces estaban en la filosofía política inglesa whig de los siglos XVII y XVIII.

De hecho, Jefferson no reconocería a la Inglaterra de hoy como el hogar de los whigs de cuyos escritos mamaron los estadounidenses protestantes de la época colonial: John Locke, Algernon Sidney, Paul Rapin, Thomas Gordon y otros. No tenemos que ir tan lejos. Ni siquiera los ingleses de orígen que vivieron en los años 80 del pasado siglo conocerían a la Inglaterra de hoy, una nación totalmente anticristiana y desprovista de su protestantismo histórico. Hay más ateos y europeístas en Inglaterra que aquí, por ejemplo. Y es que, aquí vino lo mejor de Inglaterra: los protestante más firmes y celosos de la libertad ya tuvieron que huir de la Inglaterra del siglo XVII. Los que se quedaron atrás eran en su mayoría miembros de la Iglesia de Inglaterra, muy parecida a Roma, idólatra y liberticida. No por nada, pero los mejores francotiradores del mundo han sido protestantes. Debo confesar que ahora estando en Virginia, estoy tomando clases de tiro y armamento en general. Qué placer me daría poder ser un experto en la materia y el día que haga falta, ser buen francotirador. Algunas de las mejores conversaciones que he tenido en persona han sido con francotiradores professionales. Dicen que cuando un enemigo es abatido, sientes una satisfacción parecida a cuando ganas un premio. Luego, por supuesto, siempre estarán los amargados de turno hablando sobre «derechos humanos» bla bla bla. El mejor derecho humano es el derecho a la legítima defensa.

Pero bueno, se ha perdido mucho esa visión del gobierno como una amenaza inherente contra la libertad y la necesidad de la «eterna vigilancia» de la que comentaba Jefferson.

«Los whigs» guardaban celosamente la libertad, sospechaban del poder del gobierno”, y asumían no solo que el poder del gobierno era inherentemente peligroso para la libertad sino también que, en palabras de Jefferson , ‘la progresión natural de las cosas es que la libertad ceda y el gobierno gane terreno’”. Por esta razón, la filosofía de gobierno articulada por Jefferson en la Declaración cambió radicalmente la soberanía del parlamento al pueblo.

Una de las frases más manipuladas de Jefferson, por desgracia, es aquella que dijo así: «Todos los hombres son creados iguales». ¿Cómo encaja esa frase con un hombre que también, lógicamente, escribió sobre la existencia de una «aristocracia natural» entre los seres humanos y tenía esclavos? Fácil: porque la frase se refería a NACIONES, al derecho de autodeterminación, NO a la igualdad individual. Es una locura pensar que Jefferson y los otros fundadores hubiesen querido un EEUU como el actual, ni tampoco por supuesto hubiesen estado de acuerdo con el «derecho» a un salario mínimo o «digno» como dicen ahora, ni tampoco derecho a la «sanidad», o a la educación, y por supuesto, NI DE BROMA querían un país lleno de católicos, musulmanes, judíos y extranjeros hostiles a la república y sus valores de origen. Esto le duele a muchos y en el fondo, aquí los «no blancos» tienen más razón que los manipuladores de la derecha que pretenden decirnos que este país solo se fundó como país cívico. NO. Lo cierto es que todos los documentos de la época apuntan a que EEUU se hizo, principalmente, se fundó, para hombres LIBRES, blancos y protestantes EN MAYORÍA. Eso no significa que, de tanto en tanto, podrían admitir extranjeros, pero por lo general, eso de «EEUU nación de inmigrantes» es un mito que nace en el siglo XIX, con las oleadas de inmigrantes analfabetos y muertos de hambre católicos y judíos que llegaban de Italia, el este de Europa, y judíos polacos. Hasta los negros en EEUU se horrorizaron cuando vieron las condiciones en las que llegaban esos inmigrantes. Miraban a su alrededor en el sur protestante y decían, «santo Dios, y pensábamos que aquí estábamos en mala situación». Ganas les daba en ese momento hasta de besarle los pies a los amos protestantes. En parte, aún sigue igual la cosa. En ningún país del mundo un NEGRO VIVE TAN BIEN como en EEUU. ¿Alguien tan solo se imagina un presidente gitano en España? ¿O un «Prime Minister» musulmán en Inglaterra?

No os dejéis engañar por el ruido externo de los medios de comunicación, y vamos a la historia. La tradición de la libertad entendida como en la época de la independencia estadounidense es innegablemente protestante y anglosajona en origen. Ningún otro pueblo, con quizá la excepción de los holandeses (y ohh, curioso, eran protestantes junto con los hugonotes) han sido tan celosos de sus libertades como nuestros antepasados en la fe.

La filosofía política de los Padres Fundadores se originó en sus antepasados sajones y los antiguos derechos garantizados por la constitución sajona. Este hecho lo dejó claro Jefferson mismo, a Henry Lee en el año 1825. Jefferson afirmó que estaba también protestando por el hecho de que la propia Inglaterra estaba violando sus propios derechos históricos de tradición sajona. Tal y como lo vio Jefferson, las Colonias estaban manteniendo la tradición que la Corona británica, siempre traiconera a los hombres de Dios, había abrogado. Esto es tan cierto que hasta los años 60 del pasado siglo, EEUU se percibía no solo como una nación principalmente anglosajona, sino también MÁS ANGLOSAJONA que la propia Inglaterra. Hoy por hoy, sigue siendo igual ya que aquí todavía usamos el sistema «imperial» de medidas, escribimos «color» sin el afrancesado «colOUR», y nuestras fechas siguen el antiguo sistema anglosajón: el mes va antes que el día. Por ejemplo el 5 de enero se escribe 1/5, no 5/1 como en Europa.

Además, como purista filosófico que era, Jefferson consideraba que la conquista normanda había manchado esta tradición inglesa con la mancha del feudalismo. Si os fijais en la historia británica de los últimos siglos, el pueblo inglés, una y otra vez, se ha tenido que levantar para exigir sus derechos anglosajones. Lo hemos visto con BREXIT por ejemplo, recientemente y ese deseo del pueblo llano inglés de querer separarse del «montón». Dios los bendiga. Yo personalmente considero que Inglaterra todavía es bastante feudalista y le falta ese «impetu» celoso de las libertades que hay aquí. Han sido pisoteados durante muchos siglos con una fuerza brutal por sus instituciones que son bastante «normandas». Lo vemos en la clase monárquica británica: son europeístas, les encanta la pompa católica romana y por eso la Iglesia de Inglaterra es muy parecida a cualquier Iglesia papal. La «Segunda Revolución» de Cromwell la tenemos aquí en EEUU. Si ya Jefferson se quejaba de los normandos franceses, imagínate lo que hubiese dicho de los nuevos «colonos» que vienen de países totalmente enemistados con estos conceptos de libertad. De hecho, quienes más armas tienen en EEUU son los hombres blancos protestantes. Si le preguntas a cualquier otra nacionalidad y religión, no ven el tema como algo tan absolutamente importante. Por supuesto que tampoco ven la libertad de expresión de la misma manera, y un largo etcétera. De hecho, no es raro oírles decir cosas como que «esos blancos rurales están pirados».

Naturalmente, Jefferson nunca consideró la locura de que él era de origen «inmigrante». Tampoco ningún americano de origen anglosajón habla en esos términos. Tú nunca oyes al descendiente de colonos ingleses decir «soy inglés-estadounidense». NO. Dicen, SOY AMERICANO 100%. Eso de «Native American» significaba estadounidense nacido y blanco hasta los años 60, cuando la clase urbanita que se gestaba empezó a decir que «Native American» es indio, o sea, indígena. Pero no es así. Los verdaderos estadounidenses de origen son los anglosajones, seguidos por ciertos grupos NO anglosajones que eran compatibles en mayor o menor medida: alemanes, por ejemplo, y holandeses u otros nórdicos. Ustedes saben perfectamente que hasta finales del siglo XX, cuando se pensaba en «estadounidense», no te venía a la mente un tal Pancho Villa de aspecto o Santa Ana. NO. Incluso, con respecto a la inmigración del sur de Europa, las autoridades americanas tenían preferencia por italianos del norte, o españoles que fueran gallegos, vascos y catalanes, pues dentro de España, somos los más compatibles con los anglosajones. Había casos también de algunos canarios, como el famoso segregacionista de Louisiana, el demócrata católico, Leander Pérez. Jefferson consideró a los colonos ingleses de América como sus valientes conquistadores, al igual que sus antepasados sajones, con quienes se comparó. Para Jefferson, los primeros estadounidenses fueron los defensores contemporáneos del proyecto anglosajón. En parte, lo siguen siendo. Como ya he dicho, EEUU, en lo «rural», es casi más «inglés» que la propia Inglaterra actual muy degradada y muy atea. Hoy, los ingleses están lejos de ser un pueblo libre: quieren sanidad pública sí o sí (les encanta el NHS), no se permite la libertad de expresión porque tienen leyes parecidas a la española sobre el supuesto «odio», por supuesto, no pueden tener armas libremente, y Londres parece más bien otro país, no Inglaterra.

Los colonos derramaron su propia sangre “al adquirir tierras para su asentamiento”, escribió con orgullo en “A Summary View of the Rights of British America”. “Por sí mismos lucharon, por sí mismos vencieron, y sólo por sí mismos tienen derecho a poseer”. Por lo tanto, tenían “derecho a gobernar esas tierras y a ellos mismos”.

Te guste o no, Thomas Jefferson, autor de La Declaración, fue engendrado e inspirado por la tradición anglosajona. También lo mismo se puede decir de los otros padres fundadores, hoy vilipendiados no solo por extranjeros o hijos de extranjeros hostiles a esta país porque vienen de lugares tercermundistas donde la libertad no vale para nada, sino también no pocos blancos…incluido anglosajones, que son producto de décadas de lavado de cerebro en los colegios y universidades, así como consumidores netos de los medios de comunicación y películas de Hollywood que inculcan valores enemigos tales como «hombre blanco malo, hombre negrito bueno», o en resumen, que los salvajes son nobles y el blanco siempre es el malo, sobre todo si éste es protestante. Ahora, el gobierno federal ha impuesto otro festivo: Juneteenth. Ya no les parecía suficiente tener como festivo a Martin Luther King en enero. Ahora el 19 de julio, es festivo. No voy a entrar en el por qué de ese día, pero lo puedes investigar tú mismo. Por supuesto que yo no reconozco como festivo ni el 19 ni tampoco el de Martin Luther King. Los republicanos en los años 80 tampoco quisieron reconocer el festivo, hasta que se pusieron blanditos. Reagan, por ejemplo, rechazó el festivo en dos ocasiones.

Realmente, hay dos EEUU a estas alturas. Está el EEUU de la bandera de toda la vida, la América clásica, libre y protestante, que hoy por hoy está casi toda en zonas rurales y del sur. Luego está la América de la banderita del arcoiris, la América «multiculti», globalista, enemiga de la libertad. Ésta principalmente se encuentra en la costa oeste y en las grandes ciudades o ciudades medianas llenas de universitarios con el cerebro lavado. Me pregunto, bueno, muchos ya nos preguntamos si no va siendo hora de una segunda declaración de independencia. Creo que ya sabéis lo que pienso al respecto. Los tiempos próximos dirán qué pasa, pero tal y como dejé claro en mi último sermón sobre las armas, hay que contemplar la posibilidad de que, si llegara el momento en el que el estado se hace intolerable para nuestra libertad, entonces ese gobierno ya no es legítimo. Los derechos para el cristiano vienen del Creador, derecho a la vida, propiedad y a la libertad ordenada.

¿Mi consejo para mis simpatizantes? ¡Sigue dando la guerra por las ideas, sigue rezando, sigue obedeciendo a Dios! ¡No les dejes asustarte en nada! ¡HAZ EL BIEN! Resiste la tiranía, dificúltales la vida, pónles obstáculos en todo, ridiculízale sus leyes, sus dogmas, su cultura enajenante y depravada. Ármate, por supuesto. Ve comprando más armamento si vives en EEUU. Aprovecha de tu libertad, porque vienen tiempos muy difíciles en esta cultura cada vez más envilecida y comprometida con nuestra persecución y destrucción. Procuremos que, si tenemos que morir, que ellos caigan con nosotros y no quede uno solo vivo. Tenemos esperanza al respecto: si os fijais en la mayoría de nuestros enemigos, casi todos en su totalidad son personas que no saben usar un arma, muchos son drogadictos, o tienen problemas de salud muy notables. Tanto es así que el ejército estadounidense está teniendo serios problemas de reclutamiento, sobre todo de su base tradicional: el hombre blanco anglosajón protestante. Normal. ¿Quién va a querer alistarse a un ejército que ahora odia lo blanco y lo cristiano? Pues que tengan suerte con sus nuevos soldados extranjeros del tercermundo que no saben hacer la o con el canuto. Entre eso y las «trans» gorditas…qué circo de frikis. ¿A esos les tienes miedo? Qué va, yo no. En una guerra contra nosotros, no durarían ni 10 minutos. Ténlo en cuenta y reflexiona sobre todo esto.

Feliz 4 de julio a todos los amantes de la libertad allá donde estéis.


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