Las libélulas, esas pequeñas criaturas que son toda una intriga en su vuelo ágil. Hoy me centro en ellas para el carnaval de blogs de todos los miércoles. Os comparto su imagen y os cuento alguna de sus curiosidades.
Este pequeño insecto en realidad es grandioso. Las libélulas simbolizan la madurez y la profundidad del carácter. Su vuelo a través del agua representa un acto de ir más allá de lo que está en la superficie. Esto implica pararse a mirar los aspectos más profundos de la vida. Suponen un cambio en la perspectiva de la auto-realización, en la madurez mental y emocional. Así las ven en muchas culturas del mundo.
Las libélulas y su simbología
El vuelo ágil de las libélulas y su capacidad de moverse en todas las direcciones destilan una sensación de poder y equilibrio, algo que sólo viene con la edad y madurez. Pero las libélulas viven la mayor parte de su vida como ninfas, no como adultos. Por ello su estilo de vida ejemplifica la virtud de vivir en el momento, siendo consciente de lo que eres, dónde estás, lo que estás haciendo, lo que quieres.
Estos pequeños insectos saben exponer diferentes matices de colores, dependiendo de la luz. Muchos piensan que esta propiedad simboliza el fin de las ilusiones creadas por uno mismo y una visión más clara de la realidad de la vida.
La propiedad mágica de esta iridiscencia se asocia también con el descubrimiento de las propias capacidades y el propio sentido de la identidad.
Así pues, la libélula ha sido siempre objeto de un sinfín de mitos a lo largo de la historia de la humanidad. A ellas se atribuye una asombrosa capacidad de adaptarse a cualquier cambio y de vivir al máximo cada momento de su vida.
Excelentes cualidades de las que aprender de una microfauna que puede parecer insignificante, ¿no os parece?
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