La PDLI (Plataforma en Defensa de la Libertad de Información) es una organización española sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es defender las libertades de expresión e información en la sociedad civil. Aprobada cinco años después de la aprobación de la ley mordaza, la PDLI, junto con varios expertos internacionales, señala en un informe que nuestro país sigue muy alejado de los estándares internacionales en materia de protección de la libertad de expresión. Nos lo recuerda José Luis Marín, en CTXT: “El único cambio que ha experimentado España en materia de libertad de expresión es el aumento en las cifras de personas encausadas y condenadas por delitos de opinión”. Y Scott Griffen, subdirector del International Press Institute, advierte que “las recomendaciones que hicimos hace cinco años son las mismas que hacemos ahora”. Él y otros expertos internacionales, juristas y miembros de la PDLI, se presentaron el jueves, 13 de febrero, en el Congreso de los Diputados para denunciar cómo, durante los últimos años y con la ayuda imprescindible de la reforma del Código Penal de 2015, se ha exprimido y retorcido la legislación nacional para crear un ambiente hiperreactivo en el que se ha desprotegido hasta el extremo el ejercicio de la libertad de expresión. Marín insiste en que, para demostrar esta situación, la PDLI presentó un extenso informe jurídico en el que, a través de un ejercicio comparado, se ha sometido la normativa penal española al filtro de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. “La lectura final del documento es indiscutible: nuestro Código Penal mantiene una muy mala relación con los estándares europeos –firmados y vinculantes– en materia de libertad de expresión, y tiene que ser reformado para adaptarse a las obligaciones internacionales. Los datos no hacen más que constatar la escalada punitiva que se denunció en las Cortes: desde el desmantelamiento de ETA, los juicios por enaltecimiento del terrorismo se han multiplicado por cinco en España. En 2011, cuando la banda terrorista renunció a las armas, se dictaron 5 sentencias por este precepto. En 2015, la cifra había ascendido a 25.
Y Jacobo Dopico, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Carlos III, comenta: ‘Cuando se eliminan garantías básicas, solo es cuestión de tiempo que las leyes generen problemas graves’. El jurista se refirió, por ejemplo, a la ley del año 2000 en la que se penó el enaltecimiento del terrorismo y 15 años después han derivado casos como los de César Strawberry o Cassandra Vera, condenados tras publicar mensajes y chistes en Twitter”.José Luis Marín insiste en que, durante los últimos tiempos, se han llevado a cabo todo tipo de enjuiciamientos contra la libertad de expresión en España: por ofensas a los sentimientos religiosos –véase la imputación de tres mujeres, posteriormente absueltas, por la procesión del “coño insumiso” en Jerez–, por discursos de odio, o por delito contra la libertad de conciencia y de ofensa a los sentimientos religiosos (caso del actor Willy Toledo, acusado por Abogados Cristianos por injurias al Rey y a los símbolos del Estado, por la difusión de consignas en internet… Según el autor del informe de la PDLI, ni Joan Barata, jurista de la Universidad de Standford, ni siquiera la propia práctica jurídica han escapado de este bucle, con procesos en los que los principales organismos judiciales de España han “obviado los parámetros internacionales en materia de libertad de expresión”. Las consecuencias son de sobra conocidas: desde encarcelamientos preventivos –caso titiriteros– a inhabilitaciones para ejercer cargos públicos que duran años, pasando por un clima de autocensura en el que el miedo a los procesos judiciales frena el propio ejercicio de los derechos. Pero, según recordaron los expertos en el acto del Congreso, la necesidad imperiosa de reformar la legislación no solo está motivada por esta aplicación abusiva de la normativa penal. Los procedimientos recogidos en la ley de seguridad ciudadana, que trasladan al ámbito administrativo la gestión de derechos fundamentales, también han desprotegido, aún más si cabe, la libertad de expresión e información. Y, mientras que, en 2015, se impusieron casi 88.000 sanciones por infracciones recogidas en la ley mordaza, en 2017, las multas por motivos recogidos en la norma llegaron a 250.000.
“Espero que este sea el último juicio que se celebre en el Estado español para perseguir la opinión, declaró Willy Toledo bajo la atenta mirada de Apolonia Castellanos. La presidenta de los Abogados Cristianos, rosario en mano, le ha rezado al artículo 525 del Código Penal para que Willy se equivoque. Para que, si dios quiere, se siga pudiendo castigar con citación judicial la ofensa a un cristiano mientras desde las tribunas y desde la calle se sigue criticando a los ofendiditos: el homosexual, la feminista o el negro que, sin colapsar los juzgados, osan no reír las bromas de toda la vida contra ellos e incluso confrontarlas. Si, pasado el espectáculo, el acusado es declarado inocente del delito de ofensas religiosas, a los cristianos ofendidos sólo les queda una vía posible para que se haga justicia: esperar a que dios o la virgen tomen la iniciativa denunciando al actor por delito contra el honor. Si no lo hacen, los ofendidotes de la Asociación Española de Abogados Cristianos habrán demostrado, sin quererlo, que no existen ni el uno ni la otra. O que, si existen, tienen mejores cosas que hacer que dedicarse a perseguir opiniones”.
Spanish Revolution del 19 de febrero recuerda a El Cabrero, el cantaor que se cagó en Dios y fue condenado a cárcel en 1982. “El 20 de octubre de ese año, el cantaor flamenco, José Domínguez Muñoz, apodado ‘El Cabrero’, ingresó en prisión ‘por un mecagoendios’. Fue condenado a dos meses entre rejas. Los hechos se remontan a 1980 cuando actuaba en Alcolea (Córdoba) y tuvo un fallo de voz. Domínguez comunicó a su público que no iba a seguir cantando, momento en el que una pequeña parte del público comenzó a berrear en alusión a su condición de pastor de cabras. El artista se retiró del tablao con un: “Mecagoendios”. La Guardia Civil redactó un atestado y un juzgado le condenó por blasfemia a cinco meses a la sombra, que luego quedarían en dos, tras un recurso de sus abogados, y, finalmente solo pasaría 22 días en la prisión de Dos Hermanas por la presión social de diferentes colectivos. El artista sevillano recuerda su paso por la cárcel, tras el juicio a Willy Toledo por el mismo ‘delito’ o por unos mensajes en Facebook en los que se cagó en Dios y en la Virgen. ‘Soy ateo y me cago en Dios todos los días cada vez que se me cae un plato en un dedo gordo del pie, como hacemos la mayoría de ciudadanos. Voy a seguir diciendo todo aquello que me salga de las orejas decir’, señaló Toledo, antes de declarar en un juicio que ha quedado visto para sentencia”. El Cabrero lamenta que, cuatro décadas después de su juicio, no se haya modificado el código penal a pesar de las promesas que hicieron entonces los políticos. El artículo 525.1 del CP señala que “incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”. En su perfil de Twitter, el cantaor explica que “me metieron en la cárcel por un mecagoendios. Han pasado casi 40 años y hoy se juzga a Willy Toledo por el mismo ‘delito’. Entonces dijeron los políticos que iban a modificar el código penal porque se montó eso: ladedios. Se ve que no han tenido tiempo”. El tuit va acompañado de un recorte de prensa con el titular “Organismos internacionales gestionan la libertad de El Cabrero” y en el que se puede ver dos fotografías suyas y un texto que explica el proceso judicial por el que, finalmente, entró en prisión.
El socialista Víctor Arrogante, recuperando una serie de artículos publicados en 2013 en varios medios, corregidos y aumentados que se incluyeron en su libro “Reflexiones republicanas”, escribe en Nueva Tribuna.es: “Tal día como hoy, hace treinta y nueve años, las fuerzas antidemocráticas, altos mandos de las fuerzas armadas, fieles al ‘testamento’ de Franco, con la ayuda de otros afines al régimen, y quienes querían reconducir la situación política del momento, fortaleciendo al rey y la monarquía, se confabularon y dieron un golpe de Estado que fracasó, pero tuvo consecuencias políticas; la democracia quedó tocada”. Y así recuerda esta fecha: “Las imágenes y el desarrollo del golpe lo tengo grabado en mi memoria.
El 23 de febrero de 1981, los españoles y la democracia, recuperada tras cuarenta años de dictadura, se enfrentaron a ese golpe de Estado. Franco había muerto, su espíritu seguía vivo y el aparato de la dictadura, intacto. Los fieles al régimen no podían permitir que se otorgase la soberanía al pueblo, se legalizaran los partidos políticos, se desmontara el estado totalitario, y se reconociese el derecho al autogobierno de nacionalidades y regiones. Además, había otros intereses y todo había que reconducirlo. Después de las elecciones de 1979, que le dio la mayoría al partido inventado por Adolfo Suárez, las políticas llevadas a cabo por sus gobiernos, agravadas por la situación internacional, provocaron una gravísima crisis social, económica y política: la inflación se disparó, se elevaron los precios y el desempleo aumentó vertiginosamente. Junto a esto, el terrorismo más cruento. Con cada atentado, la democracia se debilitó, el Sistema perdió credibilidad y cundió el desencanto. Para muchos, la democracia tan anhelada había dejado de ser la panacea de toda solución; libertad, pero sin tener asegurado el bienestar. Suárez ya no era útil para otros. Todo estaba planeado para que fuera en el mes de marzo, ‘los almendros florecen en primavera’ era la clave, pero la dimisión de Suárez y la investidura de Calvo Sotelo, lo aceleró todo. En este trance llegó el teniente coronel Tejero Molina, con su tricornio y pistola en mano, tomó el Congreso: ‘¡Quieto todo el mundo!’ y dio la orden de todos al suelo. Para reafirmar su poder, efectuó un disparo al aire, seguido por ráfagas de fuego de los guardias civiles asaltantes. Presentimos lo peor. El gobierno y el parlamento quedaban secuestrados, produciéndose el vacío de poder que pretendían los golpistas. Se acababa de producir el ‘Supuesto Anticonstitucional Máximo’, que permitiría otra acción, para volver a la normalidad democrática, pero con cambios; otro golpe”.Los golpistas pretendían establecer un gobierno “militar por supuesto”, recuperar los principios del “movimiento nacional” y el espíritu del 18 de julio. Si nos atenemos a las palabras que Juan Carlos de Borbón al embajador alemán Lothar Lahn, según la nota diplomática remitida a Bonn en marzo de1981 (revista Der Spiegel), los sublevados sólo “habían querido lo mejor para España. Los cabecillas sólo pretendían lo que todos deseábamos: el restablecimiento de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad; junto con la defensa de la unidad de España, la bandera y la corona, digo yo. Entendía que el responsable último del pronunciamiento era Adolfo Suárez, por no ‘tener en cuenta las peticiones de los militares, hasta que estos decidieron actuar por su cuenta’. Juan Carlos estuvo al corriente de la trama, antes, durante y después del golpe. El esperado ‘elefante blanco’, la autoridad ‘militar por supuesto’, que anunció el capitán Muñecas, no llegó a entrar en el hemiciclo, aunque llegó al Congreso. El plan que el general de división, Alfonso Armada Comyn, presentó a Tejero, en nombre del rey, no era de recibo para el guardia golpista. Había jugado demasiado fuerte, como para consentir, que en el futuro gobierno de España estuvieran socialistas y comunistas y sin Milans. Quería una junta militar. Tejero se sintió traicionado e impidió que el general asumiera la presidencia del gobierno. El suyo era un golpe duro, de involución. Armada jugó tarde y mal las cartas. No supo imponer la autoridad de sus estrellas. Tejero desmanteló la solución Armada: el golpe blando. El rey, con cara descompuesta, apareció en televisión, después de haber dado la orden de interrumpir la operación, con el apoyo de los capitanes generales a sus órdenes, anunciando la continuidad democrática. Todo fue una operación para fortalecer a la monarquía, restaurar el prestigio de España y consolidar la democracia y es ahí donde jugaba Armada y el CESID. Fue una aventura peligrosa y un juego sucio para la joven democracia, pero eficaz para lo que se pretendía: la figura del rey se consolidó, los partidos reconvinieron sus políticas, el pueblo apoyó la democracia, sometidos al miedo a la involución. El desarrollo del estado autonómico, que supuestamente hacía peligrar la unidad de España, se paralizó durante unos años y la situación se recondujo. La conducta del rey antes del golpe ‘no fue en absoluto ejemplar, cometió errores, frivolidades e irresponsabilidades’ (Javier Cercas en Anatomía de un instante).
Fotomontajes, imágenes y fotos sorprendentes:
Juicio a Willy Toledo por cagarse en dios. “Es aberrante que exista un delito de blasfemia. España se ha convertido en un sketch de los Monty Python”.
Arrimadas, intentando salir del estercolero de Ciudadanos.
Noche de luna frente al mar.
Explotación.
El hecho del machismo.
Los vídeos de esta semana:
El vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, responde a las preguntas de la oposición en la sesión de control al Gobierno de coalición. Respuestas de PABLO IGLESIAS en la SESIÓN DE CONTROL al Gobierno de coalición.