El sábado pasado, aprovechando que me encontraba en Sevilla y el tiempo amenazaba lluvia, decidimos darnos una vuelta por algunas de las mejores librerías de la capital hispalense. Yo tenía mucho interés en encontrar un libro de Manuel Chaves Nogales sobre nuestra Guerra Civil, "A sangre y fuego". ¿Qué mejor lugar que su ciudad natal para buscarlo?
Las de la cadena Beta son las librerías preponderantes en la ciudad. Existe una en el barrio de Nervión, casi enfrente de El Corte Inglés. Se trata de un establecimiento grande, pero donde impera el desorden. Quizá llegamos en un momento en el que se estaban ordenando pedidos, pero contrastaba mucho con la situada en el Centro Comercial Viapol, a veinte minutos a pie de la anterior, una librería enorme, limpia y ordenada, donde es un placer moverse y rebuscar entre sus anaqueles. Quizá sea la librería más grande de Andalucía, aunque habría que sumar las tres plantas de la Casa del Libro de la calle Velázquez y comparar metros cuadrados. Este último establecimiento, situado en una calle peatonal paralela a Sierpes ofrece una muy buena programación cultural en pleno centro de Sevilla, al igual que la Fnac. Estas dos tiendas siguen la pauta del resto de librerías similares en España. Conciben la librería como un gran almacén donde el lector puede moverse a sus anchas e incluso sentarse a ojear cualquier libro todo el tiempo que desee.
Como colofón del recorrido, merece mucho la pena asomarse a la sucursal de Beta en calle Sierpes, llamada Beta Imperial. Ocupa el espacio de un antiguo teatro, del que se ha respetado enteramente la estructura y hasta su telón y sus tablas, añadiendo al placer de mirar libros un elemento histórico y lúdico.
En cualquier caso, la uniformidad que presentan todas estas librerías en cuanto a contenido resulta inquietante. Prácticamente en todas podemos encontrar los mismos libros, casi dispuestos de la misma manera. Un volumen que haya sido editado hace algunos años resulta muy difícil de hallar. Quizá la diferencia entre unas librerías y otras (aparte de la calidad de sus actos culturales) estribe en el trato a la clientela y en el conocimiento del producto por parte de los dependientes. En mi caso, me gusta husmear por mí mismo y no suelo aceptar recomendaciones que suelen ir orientadas a los best sellers de moda, salvo contadas excepciones. Todo esto no sucede únicamente en las librerías de Sevilla, sino en todo el país. Habría que viajar al extranjero para encontrar títulos distintos.
Si desean hacer una ruta libresca similar a la mía, les recomiendo que acudan a Sevilla en Noviembre, cuando se inaugura su maravillosa Feria del libro de ocasión en la Plaza Nueva. En las casetas sí que es posible hallar libros diferentes, inencontrables en las librerías habituales y a buenos precios. Y todo ello en el hermoso entorno de un centro sevillano totalmente remodelado en el que solo caminan ya peatones y tranvías.