Las líneas generosas de mi cuerpo son el contorno de la mujer verídica

Por Agora

Vetan a las herederas

de las Venus de Willendorf:

aspiramos a la ausencia de carne

- la línea curva es decadente -,

se conspira contra la imperfección natural.

Pánico y golpes a la autoestima

al mirar prendas - bonitas,

talla inadecuada - y la pantalla

del televisor, escaparate de escobas

lustrosas - huesos decorados con telas -;

un reflejo del pasado que me angustia:

escasa confianza en la piel, diez kilos menos,

mi torpe deambular de zombie

y mi memoria anestesiada por la química.

Todo me hace reflexionar sobre el sentido

de ser mujer en este planeta,

corsé apretado para las formas redondas,

vivas llenas colmadas rebosantes

de belleza,

el que tú me arrancaste,

más pendiente del peso de mi corazón por cicatrizar

que de lo que marca la puta báscula.

Ana Patricia Moya