Chicago, 1992. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Que se lo digan a Kirby Mazrachi, cuya vida se ha trastocado tras un brutal intento de asesinarla. Mientras lucha por encontrar a su atacante, su único aliado es Dan, un antiguo periodista de homicidios que se ocupó del caso y que trata de protegerla de su obsesión. A medida que Kirby avanza en la investigación descubre a otras chicas, las que no lo lograron. Las pruebas de los crímenes son... imposibles. Pero para una chica que debería estar muerta, imposible no quiere decir que no haya pasado...
Las luminosas (2013) de Lauren Beukes es un thriller paranormal con tintes clásicos de asesino en serie, víctima con aires de venganza y amante maduro dispuesto a todo por proteger a su nuevo amor. Lo que convierte a Las luminosas en una novela con motivos paranormales es que el psicópata de turno es capaz de viajar en el tiempo gracias a una habitación enigmática.
Como se puede deducir del párrafo anterior la cuestión de la originalidad no me ha atraído en absoluto. Considero que añadir el elemento fantástico de los viajes en el tiempo en una historia convencional lo único que consigue es cierta dosis de incertidumbre bien recibida. Pero precisamente, el argumento es lo más insulso de la novela.
Entonces ¿Las luminosas merece ser leída? Por supuesto. No es una mala novela, ni siquiera una novela regular. Más bien considero que nos encontramos ante un libro decente tirando a bueno pero que falla en su planteamiento argumental demasiado sencillo y tradicional. Por suerte tiene otros aspectos dignos de ser elogiados.
El estilo de escritura de Lauren Beukes se me antoja muy notable. Logra un equilibrio perfecto entre el ritmo y la tensión. Por otro lado, impregna sus páginas con un sentido del humor negro y la ironía muy adecuado a la historia que permite dibujar a los personajes de forma excelente. Éstos, aún siendo bastante clásicos en el género policíaco y el thriller, están bien dibujados y se presentan en el lector con suficientes matices como para darles verosimilitud.
¿Y la ambientación? Suficiente para no entorpecer. Tratándose de una novela donde los lugares varían según la época, puedo decir que Beukes logra transmitir esos cambios de escenario, aunque lo usa más como vehículo para acompañar la trama que como elemento principal. De esta forma el lector no se ve obstaculizado ni entretenido en otros aspectos que reducirían el clásico ritmo trepidante que debe tener cualquier thriller.
¿Conclusión? Tenemos ante nosotros una novela a medio camino entre literatura fantástica y thriller de asesino en serie pero que resultará insulso o escaso para los aficionados a cualquiera de estos dos géneros temáticos. Un buen punto de partida para todo neófito y una novela de entretenimiento fácil de digerir y que no busca excesivas pretensiones.