Frotará con las yemas de mis dedos en la calidez del amor. Soñaré con ella día a día en la fragancia de una flor.
Cuidaré sus caricias como almas que inyecten mi pasión. Tomaré sus caricias como río suave en mezcla de la razón.
Callaré cuando debo y hablaré cuando mi reina me lo permita. Abrazaré a cada instante sus detalles y haré honores a su amor.
Mi reina será, mi reina vendrá, y todo lo que Dios quiere le entregaré a mi reina. ”