Las marionetas

Publicado el 20 octubre 2016 por Confiesa

     Una vez más Piqué puso el dedo en la llaga. Una vez más, algunas llagas se abrieron. Y una de esas llagas, la de Inda, le dolió especialmente, a tenor de la respuesta de ayer en su, llamémosle diario digital.
     Y por una vez le daremos la razón en parte al sr. Inda, aquel que en las páginas de Marca(¡qué tiempos aquellos, de director de una referencia a tertuliano!) pedía que pararan a Messi por lo civil o por lo criminal, y dado que en la segunda opción no tuvo suerte, aun espera a que la primera lo consiga, que camino lleva, y ganas no les faltan a algunos.
     Y coincidimos. A Piqué no lo ha echado nadie de la selección, aunque seguro que muchos estarán disfrutando al saber que se marcha después de Rusia, entre ellos el propio Inda.
     Un Inda que ayer calificaba al futbolista de mal español, de separatista, y de que le gusta más el dinero que a un tonto un lápiz. Que hay que ser ridículo para hacer tales afirmaciones, por desconocimiento(Piqué tiene dinero para no trabajar en las próximas 6 generaciones sus descendientes) o por maldad.
     Seguramente Piqué no se marcha por Inda y menos aún por su diario, un desconocido para la gente, pese a los esfuerzos de su director en promocionarlo en sus innumerables(casi infinitas) presencias en las diferentes televisiones para decir siempre lo mismo, para defender lo indefendible y para dejar en ridículo a los que coinciden con alguna de sus ideas pero que también se avergüenzan de sus rabiosas afirmaciones.
     En realidad Piqué posiblemente se marche por los insultos y los desprecios que han hartado al jugador. Desprecios nunca basados en su rendimiento en el campo, ni en su entrega en cada partido de la selección, ni su contribución a que sa España que antes, víctima de aquella famosa furia siempre desaparecía en cuartos de final, y que desde la llegada de Piqué y su generación han conquistado lo inimaginable, en la ultima decada.
     Tal vez harto de una colección de periodistas(los menos pero los mas ruidosos) que son la imagen de un nacional madridismo, empeñado en repartir los carnets de buen español, utilizando impresos en los que, vistos al trasluz se clarean algún yugo y muchas flechas, y en el que las palabras, Una grande y libre, se ocultan a pesar de que los repartidores no las disimulan en sus comentarios.
     Harto de que nadie analizase sus partidos sino sus mangas, sus medias, su rostro con el himno o sus dedos al hacer estiramientos. Tipos que condenan el pensamiento porque ellos tienen un pensamiento único y por ese pensamiento, como algunos antepasados, harían cualquier cosa, y que quien no encaja en él, es arrojado al infierno de los separatistas.
     Personas que desprecian todo lo que ignoran y que podrían almacenar miles de agravios, ocultos en la oquedad de su cabeza, que ven separatistas incluso donde no los hay, y que, en cualquier caso, de haberlos, serían más respetables que ellos, porque los separatistas sueñan con una idea, no sé si equivocada, pero los separadores sueñan y luchan por algo mucho peor, y que nadie, excepto ellos es capaz de soñar sin despertarse de una pesadilla.
     Piqué se va de la selección, y cuando lo haga con 31 años podrá hacerle un verdadero corte de mangas, no a España, sino a los que tienen esa idea de España, una idea cainita, de mitad de siglo XX, monolítica, antigua, con olor a sacristía, aquella España que en palabras del maestro Machado " inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza".
     Inda tiene razón. Piqué no se marcha por sus desprecios, contagiados a una parte de los aficionados que ven a su club por encima de España, los que exigirían, si pudieran, un certificado de españolidad expedido por ellos mismos, limpio de visitas a Diadas, limpio de señeras y esteladas, de ikurriñas o de cualquier otra manifestación que tanto desprecian en el fondo.
     Pero lo bueno es que Piqué se marcha, y que también, por edad, se irán algunos más, testigos del espectáculo, amantes del buen fútbol, y dejarán paso, si nadie lo remedia, a una versión 2.0 de la furia.
     Y otra vez acabaremos eliminados en cuartos.