Las mariposas monarca no saben bien

Publicado el 04 junio 2014 por Circaetus @JesusDavidTG

Una de las más asombrosas migraciones la realiza un insecto, la mariposa monarca (Danaus plexippus). Lo curioso es que no se supo donde iba hasta 1975 cuando se descubrió que esta mariposa pasaba los inviernos en cinco pequeñas regiones del centro de México. Lo cual supone que recorren entre 4800 y 5000 kilómetros cada otoño para llegar allí desde el norte de Estados Unidos. Pero hay bastantes más curiosidades en los ciclos de vida viajera de las coloridas monarca.

Mariposa monarca (Danaus plexippus)


Por lo general, el ciclo de vida de las mariposas monarca dura en torno a cuatro o cinco semanas, pero a finales de verano, la cuarta generación, aparentemente igual que las anteriores, tiene un ciclo de vida mucho más alargado que sus progenitores y es esta generación, conocida como generación Matusalén, la que realiza el titánico viaje migratorio. La generación Matusalén, a diferencia de las anteriores, tiene amortiguado el impulso de reproducirse y por contra y ante la bajada de temperaturas en el norte estadounidense, inicia el viaje hacia los cinco santuarios mexicanos, donde permanecerá los meses más fríos del invierno en unas condiciones de temperatura y humedad que le permiten sobrevivir. Allí, buscan refugio en los abetos religiosos u oyameles donde permanecen desde noviembre a marzo. Al llegar la primavera es cuando la generación Matusalén de mariposas monarcas siente la necesidad de reproducirse y emprender el camino de vuelta hacia el norte.
Pero este camino va a ser diferente al de bajada a sus cuarteles invernales, porque si antes la generación Matusalén se encargaba de completar el viaje entero, ahora las hembras de esa generación comienzan la migración pero mueren por el camino, dejando los huevos de dondre saldrá una nueva generación. Esta nueva generación reanuda el viaje pero tampoco llegará a su destino, debido a que estas generaciones sí presentan el ciclo típico de cuatro o cinco semanas del que hablábamos antes. Para cuando lleguen a las partes más norteñas de sus distribución, las mariposas serán descendientes de segunda, tercera o incluso cuarta generación de las que partieron en México.
Parece que esta migración se desencadena por cambios en la temperatura y en la longitud del día, pero existe sin duda un componente genético que permite heredar a estas nuevas generaciones las rutas de vuelo porque hay que observar que ninguna mariposa recorre el camino dos veces. Por tanto, la orientación debe transmitirse genéticamente para que la siguiente generación Matusalén de mariposas monarca vuelva exactamente a los refugios mexicanos donde sus predecesoras hibernaron.
¿Pero qué buscan las mariposas en sus hábitats norteños estivales? La respuesta son unas plantas de la que se alimentan del género Asclepia, de porte arbustivo. Las mariposas monarca ponen los huevos en las asclepias y al cabo de un período que dura de 4 a 12 días, emerge la oruga, que va a alimentarse ávidamente de esa misma planta. Durante esta etapa de crecimiento, la oruga muda cinco veces, consiguiendo su máximo desarrollo, para entonces, se fija a una rama y teje un capullo de seda donde permanecerá 12 días hasta completar su metamorfosis holometábola, surgiendo una mariposa monarca cuando eclosione.

Ciclo vital de la mariposa monarca.

Las asclepias contienen un alcaloide glucósido cardiotónico, venenoso para muchas especies pero no para las mariposas monarca que lo ingieren durante su estado de oruga y les otorga un olor y sabor desagradable y amargo, haciendo que los pájaros que las cazan, enfermen, lo cual los condiciona para no volver a atacarlas. Como recompensa, las mariposas monarca son unas polinizadoras excelentes para las asclepias. De esta manera se explica que en los santuarios mexicanos donde se agrupan por millones no sean atacadas por depredadores tentados por la abundancia de presas y las mariposas puedan seguir completando su mastodóntico viaje año tras año como llevan haciendo desde hace 250 millones de años.