El recorte de gastos sociales, y no otros, es una imposición de la UE y del FMI que nunca ayudan gratuitamente, pues tienen un empeño especial en la defensa del modelo económico neoliberal que han impuesto. Es la misma política seguida en América Latina durante la década de los noventa. El FMI y la UE quieren un Estado débil para poder imponer sus políticas, y los gobiernos han claudicado. ¿Cuánto han dejado de pagar los ricos y se ha dejado de ingresar en la Hacienda Pública por la bajada del tramo más alto del IRPF? ¿Por qué no se restablece el Impuesto sobre Patrimonio si se acepta que fue un error suprimirlo, un 0,2% del PIB? ¿Por qué no suprimir las SICAV que permiten a Emilio Botín del Banco Santander, Francisco González del BBVA, Amancio Ortega y Rosario Mera de INDITEX, las hermanas Koplowitz, la Duquesa de Alba, Florentino Pérez, etc. pagar el IRPF al 1%? ¿Por qué no se suprime el FROB, bajando el déficit un 0,9%, y suprimimos el riesgo de un incremento del déficit futuro de hasta el 10% (99.000 millones de euros) que tan sólo sirven para regalarles más dinero a la banca privada? ¿Por qué no establecer un impuesto en toda la zona euro a los especuladores con deudas soberanas como el de Brasil o sólo en España? ¿Por qué no eliminar la Declaración Conjunta en el IRPF? Son casi 2.000 millones de euros al año. La Declaración conjunta es una desgravación para las rentas medias y altas (y es creciente con el nivel de renta). Es un gasto antieconómico, antisocial, regresivo y discriminatorio para las mujeres (desincentiva su pertenencia a la economía regular). ¿Por qué no se revisan las pensiones de viudedad para eliminar su derecho para las personas viudas con un patrimonio superior al millón de euros o con otras rentas patrimoniales superiores a los 50.000€/año? No sólo se renuncia a regular y controlar los mercados financieros y a frenar la especulación, sino también a implantar sistemas o modelos fiscales nacionales justos, progresivos, del estilo de los países del norte de Europa. Estos modelos al aumentar los ingresos nacionales contribuyen a que dependamos menos de la deuda pública internacional y refuerzan la soberanía y la democracia del país. No son medidas imprescindibles las adoptadas, son posibles otras. No pagamos todos, no son medidas equitativas.
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