La sana obsesión que desde finales de los ochenta-principios de los noventa tenemos por las mountain bikes nos ha hecho "olvidar" otros tipos como las bicicletas de paseo, donde disfrutar de placer de pedalear a la par que se siente la agradable brisa del viento en contra o empujándonos hacia nuestro destino, así como parajes urbanos de gran belleza por donde discurren los carriles bicis más turísticos. Para sacarle el máximo jugo a esta modalidad cilista más pausada, ¿Cuáles son las mejores ciudades españolas?
Sevilla: la Ámsterdam española
La capital andaluza ha sido el mejor ejemplo de cómo una ciudad ha sabido adoptar mejor que nadie las medidas adecuadas para convertirse en una ciudad amigable para las dos ruedas.
El caso de Sevilla es excepcional: de apenas 12 kilómetros de carril en 2006, a 72 en 2008 y el un servicio de préstamo de bicicletas que funciona sin ningún tipo de inconveniencia desde 2007 y que cuenta con más de 68.000 desplazamientos diarios en una ciudad de apenas 700.000 habitantes.
Actualmente la capital hispalense dispone de 170 kilómetros de carril que nos lleva por lugares tan emblemáticos como la catedral y Giralda, los Alcázares y toda la ribera del río Guadalquivir, situándose en el ranking mundial de la nada al más que presumible cuarto puesto de la mejor ciudad para el ciclismo, sólo detrás de la emblemática Ámsterdam, Copenhague y Utrecht.
Barcelona: el modelo de gran ciudad
Si Sevilla tenía la gran dificultad de pasar de la nada al todo en una ciudad llana y que apenas sobrepasa el medio millón de habitantes, Barcelona, con sus tres millones y medio de habitantes y una orografía privilegiada, pero complicada a la hora de pedalear tuvo que realizar esfuerzos titánicos para conseguir hacer funcionar los desplazamientos en bicicleta, pero lo ha conseguido.
Desde el nada desdeñable decimotercer puesto, Barcelona es la segunda ciudad española en aparecer en este ranking del ciclismo urbano mundial, un puesto que la reconoce como metrópoli más que apta para las dos ruedas, que resultan mucho más placenteras si en apenas media hora podemos pasar de la montaña al mar sin apenas obstáculos.
Vitoria: la ciudad verde
Vitoria no necesita del ranking de mejores ciudades para el ciclismo para presumir de conciencia ecológica. La capital vasca ha tenido el honor de no sólo frecuentar, sino liderar en más de una ocasión el ranking de ciudades verdes europeas, y como tal, la bicicleta tiene un espacio predilecto.
Con una orografía llana y parques y bosques que plagan la ciudad, las dos ruedas es el medio perfecto e indicado para hacer turismo por esta bella ciudad del norte español.
San Sebastián: la adaptación cómoda
La capital guipuzcoana es otro ejemplo de rápida y buena adaptación a este creciente medio. En apenas unos años ha pasado de la nada a tener una potente infraestructura no únicamente basada en carriles, sino también en rampas e incluso ascensores con los que los ciclistas pueden abordar sin miedo a las cuestas cualquier punto de la ciudad.
A todo esto se le debe añadir una potente red de alquiler de bicicletas auspiciada por el propio ayuntamiento mediante la cual proporciona información y puntos de recogida para todos aquellos turistas que quieran disfrutar de la ciudad sobre ruedas.