Yogurt, tártara…
Algunas salsas algo orientales y árabes aportan un toque de acidez a las carnes más preciadas. En tacos de ternera y para aves, como el pollo, la salsa tártara da sabor mientras que la de yogurt le otorga más cremosidad y suavidad. La ventaja es que estas salsas, como la de yogurt, son muy fáciles de preparar en casa, basta con echar un yogurt natural, aceite, vinagre, sal, especias y remover para todo se mezcle.
Mostaza y barbacoa
Ambas salsas son tradicionales para acompañar a las carnes gruesas y de vacuno, sobre todo cuando están hechas a la brasa. De influencia americana, el sabor algo fuerte de la sala barbacoa o de la mostaza no es tolerada por una gran parte de los consumidores, pero para otros es realmente excepcional.
Salsas con vino
En la cazuela o la sartén siempre podemos echar un poco de vino para potenciar sabores de especias. Este hecho se llama desglasar y es distinto a realizar una salsa con vino. En el segundo caso, se basa en mezclar en una paella hortalizas, mantequilla, especias y vino, que puede ser tinto o blanco.
Salsas de guisados y estofados
En España es bastante tradicional aprovechar algunos alimentos para realizar salsa. Se suele aprovechar el resultante del guisado que hemos realizado con la carne a lo que podemos añadir cebolla o bien otras hortalizas para que todavía sea mejor.
De setas
Es otro complemento perfecto para pastas y claro está carnes. Su preparación es muy sencilla, pues necesitamos champiñones, nata líquida, cebolla, zanahoria, vino blanco para mezclarlo a gusto y luego echarlo a la carne.
Chimichurri de tomates secos y pimientos
Las salas chimichurris son propias de la cocina argentina, donde encontrar excelentes carnes. Para cambiar un poco, las podemos hacer con tomates secos y pimientos cortados a trozos muy pequeños y añadir especias y abundante aceite. Es una de las más empleadas para las carnes a la brasa.