Cada vez que hablo de tarjetas de crédito suelo tener dos tipos de reacciones: Los que miran a través de mi con los ojos vidriosos y los que me juran y perjuran que ellos las utilizan “pató”. Y es que las tarjetas de crédito suelen producir reacciones viscerales, incluso nuestro compañero Antonio Martín decidió renunciar a utilizarlas en 2014.
Personalmente, yo siempre las he defendido porque son capaces de hacer que nos ahorremos miles de euros al año y no digo este número por decir. Literalmente, yo he podido ahorrarme 2.500€ el año pasado gracias a tarjetas de crédito, pero esa historia la dejo para otro día.
Lo cierto es que muchas tarjetas de crédito hay muchas, y es que cada banco ofrece las suyas propias, con descuentos o no. Personalmente, cuido mucho qué tarjetas de crédito contrato y he llegado incluso a elegir banco por las tarjetas que tenía pero lo cierto es que hay tarjetas de crédito que ofrecen financiación sin necesidad de cambiar de banco y que estas son generalmente las que más descuentos ofrecen.
Por tanto, si no quieres estar atado a un determinado banco, pero quieres disfrutar de las condiciones, ventajas y servicios que ofrece el mismo, la mejor opción es optar por contratar una tarjeta de crédito “independiente”, que no necesita abrir una cuenta en esta misma entidad emisora, y que podemos asociar con nuestra cuenta de siempre (independientemente del banco en el que estemos).
Es decir, puedes tener los mejores descuentos sin cambiar de banco, ¡Genial!
Personalmente, si quereis tener una tarjeta de crédito sin cambiar de banco y además tener unas ventajas increíbles, American Express es en mi opinión la mejor. Yo la utilizo en todos los lados que me dejan (cada vez más en España, sobre todo Madrid y Barcelona), y me saco muuuchos puntos que me han permitido, por ejemplo, viajar 2 veces a EEUU gratis en este 2014. Increible, pero cierto.
Además, con la Tarjeta American Express puedes pagar y sacar dinero a crédito, y podrá sacarte de más de un imprevisto. Eso sí, recuerda siempre hacer el pago en el mes correspondiente para evitar los altos intereses.
Por eso, para evitar problemas, lo mejor es que analicéis bien las características de la tarjeta, como el día de cobro de cada mes, o los periodos de pago (Mi American Express, por ejemplo, me cobra todos los días 15 y coge los gastos de los últimos 30 días). Nunca debemos olvidar que son un producto de crédito y, como tal, siguen unas reglas que, si olvidamos, acabaremos pagando caro.
Y por último, algo que siempre hemos de valorar en una tarjeta de crédito son los seguros que la acompañan. Muchas personas no saben que TODAS las tarjetas tienen asociados ciertos seguros pero desde luego los de American Express son muy buenos e incluye seguro de protección de compras para proteger todo lo que compres con tu tarjeta, ya sea en tus viajes, compras online o en el día a día.
En definitiva, es un producto que, si nos encaja, puede ahorrarnos mucho dinero y, usado con moderación, puede permitirnos planificar mejor nuestros gastos.
Así que ya sabéis, a probar.