El pleito es entre dos ex directivos que fueron grandes amigos, Jesús Barrachina y Vicente Silla. Éste firmó la compra de varios paquetes de acciones a varios directivos con el objetivo de vendérselas al ex presidente Vicente Soriano, que a su vez las vendería a Inversiones Dalport, la empresa fantasma. Soriano también compró las del ex presidente Juan Soler con el mismo objetivo. Pero como todo era un bluf y Dalport no tenía los 200 millones que decía tener -en realidad, los iba a sacar del club en cuanto se hiciera con él-, una vez abortado el asalto y saqueo, nadie cobró, los compradores devolvieron las acciones y casi todos se fueron a casa con el rabo entre las piernas para evitar el descrédito.
Todos, excepto dos, Soler y Barrachina, que no aceptaron la devolución de las acciones y demandaron respectivamente a Soriano y Vicente Silla por no habérselas pagado. Soler ha ganado, de momento, el pleito en primera instancia a Soriano, que le debe 39 millones, según la sentencia. En cuanto al juicio de hoy, están llamados como testigos la mayoría de los participantes en aquella componenda: Vicente Alegre, José Perís Frígola, Arturo Tuzón (que ha vuelto a demostrar que su amor al Valencia tenía precio, en este caso muy bajo) y Vicente Cuquerella (que no acudirá). También está citado el director general del club, Javier Gómez. En el juicio se verá como que Vicente Silla prometió pagar distintos precios a cada uno de los vendedores. Por ejemplo, a los hermanos Cicchella Tarín más y a Barrachina menos.