A menudo se dice que solo se necesita mirar a la madre de una niña para ver como será en el futuro. Estas imágenes demuestran una vez más esta regla. Madres e hijas son aún más similares de lo que pensaban. Cuando vieron los resultados en el ordenador se quedaron sorprendidas.
El envejecimiento afecta por igual a hombres y mujeres pero en las mujeres se hace, quizá, mas evidente. Con los años, los ojos brillantes se desvanecen poco a poco, el pelo brillante ve vuelve gris y la la piel tersa le van saliendo arrugas.
Este proceso se hace aún más difícil cuando una hija tiene el aspecto de cuando era joven, un recordatorio constante de la belleza perdida.
Estas cinco parejas de madres e hijas pensaban que no eran tan parecidas sin embargo tardaron en desengañarse el tiempo justo de enfrentar sus fotografías y unirlas en el ordenador.
Así que ya sabes, es muy posible que nuestra pareja se acabe pareciendo a nuestra suegra.
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