Se estima que en México sólo el 22 por ciento de las mujeres en los estados de Veracruz, Tabasco y Baja California son propietarias de su tierra; mientras que cerca de 13 millones viven en zonas rurales, de las cuales, 25.6 por ciento habitan en localidades con menos de 2 mil 500 habitantes.
En el marco del Día Internacional de la mujer, José Dolores López Barrios, secretario general de la CIOAC “José Dolores López Domínguez”, indicó que a pesar del importante papel que desempeñan las mujeres en la producción de alimentos y de sus familias, es poca la atención que se presta a la conexión entre el género, la violencia y seguridad alimentaria.
Informó que en México, las féminas representan en promedio el 43% de la fuerza laboral agrícola. Advirtió que la participación de éstas en sus comunidades y al interior de sus familias ha cobrado cada vez mayor importancia, sin embargo, siguen siendo uno de los grupos con mayores desventajas y rezagos que impiden no sólo su óptimo desarrollo, sino, el de sus familias.
Recordó que mientras el 6.5% de las mujeres urbanas ocupadas son trabajadoras sin pago, la participación de las mujeres rurales en este rubro aumenta a 16.9% Añadió que en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, el papel de las mujeres rurales en actividades económicas y en la participación política ha ido en ascenso, sobre todo las que participan en las organizaciones campesinas, debido a que los problemas del hambre y la producción de alimentos se han acrecentado con el crecimiento de la pobreza.
“Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del segundo semestre del 2013 (ENOE 2013-II), de los 60.5 millones de féminas en el país, 22.8% son mujeres rurales y 77.2% son mujeres urbanas”.
El dirigente campesino agregó que la actividad predominante entre las que oscilan entre los 14 años y más, es el quehacer doméstico, tanto a nivel nacional (45.4%) como por zonas de residencia; aunque apuntó que la proporción de mujeres dedicadas a estas labores es mayor en las zonas rurales (59.3) que en las urbanas (41.6%).
En relación al número de hijos que las mujeres agrícolas tienen, en casi 6 décadas, paso de 7 a 3.4. En lo referente al rezago educativo, Lolo López, detalló que toda la población rural sufre serios rezagos, ya que el 38% declara nunca haber asistido a la escuela, “las mujeres son más afectadas y el analfabetismo entre las indígenas llega a superar el 50%, mientras que en el resto del país, este indicador se reduce a 12%”.
En la propiedad ejidal y comunal, apenas el 17.5% está en manos femeninas. Dos tercios de estas propietarias, el 63%, superan los 50 años, pues son viudas que heredaron una parcela en la fase final de su vida productiva y sólo tendrán las posesión por un breve periodo. “Regidos por una vieja y ciega idea de que el campo es cosa de hombres, el grueso de los campesinos hereda las parcelas a sus hijos varones, aun cuando las mujeres siempre han trabajado en ella”.
Aunque subrayó que pese a una cultura patriarcal que genera una inequidad de género en la tenencia de la tierra y que en muchos casos es compartida por las mujeres, la situación femenina ha mejorado en los últimos tiempos.
López Barrios reiteró que uno de los principales motivos de lucha de la CIOAC-JDLD es fortalecer el liderazgo y transformación para la vida de las mujeres en el campo y la ciudad; promoviendo la alfabetización, programas de salud, mental y física; especialmente aquellos que aporten a la economía familiar y la soberanía alimentaria.