Las mujeres siempre se van con el cabrón, la teoria de la exclusividad

Por Kikeforo
“Las mujeres siempre se van con el cabrón”

Hay muchas formas de explicar ese suceso tan extrañamente repetido a lo largo de las conversaciones entre hombres y mujeres. Ellas mismas se lo reconocen ante sus más intimas amigas y las que no lo son tanto.

Una explicación “sencilla” sería una cosa tan evidente cómo que el ser humano se siente atraído por lo que no tiene. Al golfo que rehúye de responderle las llamadas, quizá por que este aún con la chica con la que acabo la noche, es muy difícil retenerlo, ¿verdad?

Pero aquí hablaré desde otra perspectiva. Vamos a mirarlo desde la teoría de la exclusividad. Este post ha sido inspirado por un alumno de esos que te hacen amar este trabajo, uno de los que, respetándote profundamente, duda de todo lo que sale de tu boca hasta que no lo ha rebatido con su propia visión de lo que son las cosas.

LA TEORÍA DE LA EXCLUSIVIDAD

Lo atractivo de lo rebelde. Lo magnético de lo furtivo.  Lo enigmático del solitario. ¿Qué podemos aprender de todo eso sin tener que atracar bancos o pintarnos el pelo de morado?

Lo raro es tan “negativo” por inadaptado cómo por original. En un mundo donde todos nos parecemos tanto a la gente que nos dicen que hay que parecerse, en el que las modas  , en un ambiente o en otro son tan voraces que se nos olvida que nuestra perspectiva de lo alternativo también esta marcada por unos cánones prestablecidos…lo distinto, lo que se sale de la norma acaba resultando extrañamente estimulante.

Vivimos en un mundo tan predecible que parece que muchos estemos deseando encontrar a ese alguien que nos recuerde que aún podemos  sentir algo nuevo. Y esa poca originalidad es la que provoca que nos atraigan las sorpresas tanto negativas cómo positivas. 

Necesitamos pensar que la persona que tenemos en frente es única y por supuesto nosotros también necesitamos sentirnos únicos, difícil en cuanto si te sales de la norma te sientes señalado.  El miedo a no formar parte de un todo mucho más grande, el miedo a parecernos a aquello que nos atrae. 

Os invito a que juguéis a sorprender a vuestra pareja con cosas positivas, a que le ayudéis a sentir cosas nuevas y a que su mundo sea menos predecible. Tal vez así sea un poco más difícil que se vaya con capullos.