Las mujeres siguen siendo asesinadas por sus maridos porque España es un país sin valores

Publicado el 25 octubre 2010 por Franky
Ayer, domingo, se cometió el último crimen hogareño, con el que las víctimas por violencia doméstica en España son ya 58, más que en todo el año 2009. Ante la avalancha de asesinatos de mujeres (y también de algunos hombres), víctimas todos de la violencia familiar, muchos políticos y ciudadanos se preguntan qué es lo que está fallando y por qué no funcionan las leyes y medidas aprobadas para la protección de esas víctimas de la llamada "violencia de género". Las explicaciones y argumentos son muchos, pero ningún político se atreve a reconocer la verdad: España es ya un país sin valores y sin armadura moral, cuya sociedad, modulada por un gobierno nada ejemplar, que convive con la corrupción y practica el despilfarro y el abuso de poder, carece ya de esos frenos morales que impiden la delincuencia.

Pero, además del hundimiento de los valores y de la construcción, desde el poder, de una sociedad moralmente desarmada y bastante envilecida, hay otras razones que explican (aunque no justifican) esa carnicería en los hogares. Una de ellas es el claro desequilibrio de la justicia, que muchas veces, al beneficiar claramente a la mujer, coloca al hombre que ha visto su matrimonio roto en situación tan desesperada que la depresión y el crimen pueden llegar a ser la salida. Conozco en Sevilla el caso de un hombre que se ha quedado sin hogar y que hoy vive en la calle, a pesar de que el piso en el que vivía, hoy ocupado por su ex esposa y su amante, lo compró él con el esfuerzo y el fruto de su trabajo. Estaba tan desesperado ante la injusticia que si yo fuera Bibiana Aído le pondría vigilancia policial a su es esposa.

Casos como ese hay a millares en esta España desquiciada, cuya escala de valores ha sido demolida por una casta política que ha constituido un deplorable ejemplo para la ciudadanía con sus robos, corrupciones, privilegios injustificados, abusos de poder, despilfarros y otras muchas iniquidades.

Es cierto que España lidera en Europa la legislación contra la violencia, pero lo paradójico es que su cifra de feminicidios está creciendo de manera alarmante este año. La única explicación convincente a ese fenómeno es que España es un país al que el mal gobierno y la baja calidad de la democracia ha desquiciado y desarmado de valores y principios.

¿Alguien ha visto al gobierno de Zapatero apelar a la bondad de los ciudadanos, estimulando el respeto, el esfuerzo, la honradez y el amor? ¿Acaso no se dedican, con toda la intensidad posible, a pelearse en público con sus adversarios políticos, a utilizar el dinero público en beneficio propio, a hacer pública ostentación de sus privilegios, riquezas y ventajas y a escandalizar a la sociedad con sus corrupciones y abusos de poder?

Cuando una sociedad carece de ética y cuando la clase política ha dejado de servir de ejemplo, cuando desde el poder se estimula, en las escuelas e institutos, una educación sin esfuerzo y sin respeto, plagada de fracaso escolar y de violencia en las aulas, de nada sirven las órdenes de alejamiento, el teléfono único o el castigo a los asesinos. Desesperados y sin moral, los que matan a sus parejas terminan su asquerosa "faena" suicidándose.