Queridos lectores, mucho revuelo ha habido en el mundo de la cultura ante las desafortunadas palabras del editor Visor en el suplemento de El Mundo del pasado 25 de junio y que paso a reproducir en cursiva:Lo siento, la poesía femenina en España no está a la altura de la masculina. No hay mujeres poetas comparables a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite (...). Desde la generación del 98 y todo el siglo XX no hay ninguna gran poeta, ninguna (...). Hay muchas que están bien, como Elena Medel, pero no se la puede considerar, por una Medel hay cinco hombres equivalentesEsta declaración olvida a numerosas mujeres que han creado algunos de los mejores versos de la literatura en lengua castellana y pone de manifiesto una políticageneral para ocultar la escritura de autoría femenina de la Historia de la Literatura y que se suma a la existencia de una literatura soterrada oculta bajo todo ese marketing y negocio del libro. Como ocurre con la creada por hombres, hay poesía buena, mala y excelente, en un momento en el que los recitales poéticos son muestra de la eclosión de un elevado número de mujeres poetas (se utiliza aquí el término que prefieren, aunque poetisa —si bien es cierto que surgió como despectivo, también lo fue modernista, impresionista o romántico, y supieron darle la vuelta para usarlo con orgullo, pues el significado se lo da el usuario— es el correcto y aceptado).
Que, en pleno siglo XXI, alguien al que se considera experto en poesía configure la realidad de los lectores de una manera sesgada, sin contar lo que se escribe fuera (y es mucho) de la denominada poesía de la experiencia, está cayendo en una irresponsabilidad y falacia sea, o no, de forma premeditada. Esta denigración a la que se ve la literatura soterrada en general y la escrita por mujer en particular resulta imperdonable tras el gran esfuerzo que se ha puesto en la búsqueda de la equidad entre seres humanos de sexo diferente. Que se valore el talento, no la condición de hombre o mujer o que se escriba dentro o fuera de la tendencia de la mal llamada de la experiencia. De ahí que haya salido un manifiesto para denunciar tanto las palabras de este editor como la política de ocultación que se lleva a cabo dentro de este ámbito. Si el mundo de la cultura ya lo está pasando mal por el ataque continuo de un Gobierno al que no le interesa que esta se extienda, no es justo, ni inteligente, que se la maltrate desde dentro.
Algunas de las actuales poetas. Engloba varias generaciones:
desde las niñas de la guerra a las del 2000. Cada una de estas
escritoras con su propio estilo y con diferentes formas de ver el mundo.
AQUÍ puede leerse el manifiesto creado por un grupo de artistas y firmado por personas del mundo de la cultura. Si, querido lector, desea que el mundo sea un poco más justo y dar voz a esas mujeres que escriben como representación de la equidad de oportunidades, puede hacerlo, hasta el seis de julio, PULSANDO AQUÍ.
Como una de las pocas profesoras que añade autoras a los temas literarios que imparte a sus alumnos, yo ya he firmado. La calidad es lo que cuenta, venga de hombre o de mujer.Si te gusta la entrada, suscríbete a El ballet de las palabras: el blog cultural. by Email