"Tenemos los pechos para amamantar, tenemos los brazos para acunar, tenemos palabras para explicar, tenemos un cuerpo para cobijar, tenemos el útero para recibir, tenemos brillo interior para resplandecer, tenemos orden para organizar, tenemos la paciencia para esperar, tenemos la profundidad para comprender, tenemos la alegría de enseñar, tenemos la constancia para ver crecer, tenemos la locura de morir para parir y de renacer para vivir, tenemos la imaginación de los sueños y la transparencia del universo para compartir.
Depende de la decisión consciente de cada mujer, que todo individuo que entre en contacto con nosotras continúe su viaje más y mejor nutrido después de habernos relacionado. Las mujeres estamos hechas a imagen y semejanza de la tierra: generosas, húmedas, fértiles y receptivas. Y si ese no fuera el caso, revisemos la distancia que hemos erigido entre nuestro "yo interno" y nuestro "yo engañado". Porque se trata de una equivocación que merece ser reparada."
Laura Gutman, "La Revolución de las madres"