Un director inteligente.
Nolan es un realizador que tiene sus seguidores, sí, pero también es tremendamente inteligente a la hora de llevar a cabo un film porque básicamente sabe cómo contentar al espectador pochoclero y al exigente. Aun cuando muchos de sus Films, El origen incluido, no sean percibidos como lo más grande del universo, dudo que alguien se haya aburrido al visionar alguna de sus películas. Sabe atraer, encantar , maravillar o apenitas entretener- según cada espectador- pero nunca pasar inadvertido o indiferente. No es el típico director amado u odiado y eso- como no me cansaré de decirlo- revela que es un profesional que no parece tener el peso de los números en su espalda. Es un realizador con todas las letras que ante todo piensa en contar lo que quiere, cómo lo quiere, pero a su vez sin dejar de lado a nadie; el cine de Nolan es un cine que difícilmente excluya- aun Memento con su narrativa tan quebradiza hizo el deleite de muchos espectadores. Yo misma recuerdo haber dicho al finalizar el film: "¡no entendí un soto pero me encantó!". Luego vinieron unos cuantos visionados más y ninguno de ellos me saturó o aburrió.
El argumento y sus multiples lecturas.
Titulé la reseña del film como "La mamushka de Nolan" porque realmente el argumento se nos presenta de esa manera. Sea cual fuere la lectura que cada uno le da, a pesar de las incontables teorías al mejor estilo Lost que están pululando por el ciberespacio, el film se hace grande desde que es capaz de provocarnos a debatir, a hablar, a seguir dándole vida y movimiento como el mismo trompo que Cobb porta como amuleto; y quizá ese sea el símbolo más grande que Nolan haya puesto en la película: el trompo es El origen en sí: Nolan lo arroja sobre la mesa y ahí empieza a dar vueltas y vueltas en nuestra propia mente. Pero desmenuzemos un poco el asunto, asunto que para no hacerlo demasiado pesado lo organizaremos en 4 capas o fases.
Primera capa, el film de Ciencia Ficción:
Sin querer sonar presuntuosa- o sí bah!- es increíble como unos cuantos han quedado en la primera base del film tomando la historia en su face más literal y básica: aquella resumida en la sinópsis. Cobb (Leo DiCaprio) es una especie de James Bond- nada casual la elección desde que Nolan asumió su afición por el personaje- que trabaja para una compañía que se dedica a robar secretos muy bien guardados en lo recóndito del subconsciente. Su misión: adentrarse en los sueños de las personas, manipular su subconsciente y robar una determinada idea o secreto. Todo esto gracias a la existencia de una máquina y una droga que hace posible incursionar en conjunto dentro del sueño de la víctima. Esta primera capa ya es efectiva, como mera película de Ciencia ficción engancha, está llena de acción y mueve al entretenimiento. Una primera capa que sin ir más allá nos ofrece la posibilidad de debatir sobre su final: ¿quedó Cobb en ese limbo?, ¿se junta realmente con sus hijos finalmente o es un sueño todo aun?, ¿el trompo para o sigue?.
Segunda capa, el cazador cazado.
Tercera capa, soñar es morir.
Otros tantos nos hemos arrimado a la idea más loca quizá: la de ver que todo e
Hasta aquí vemos que el film de Nolan ya es riquísimo en sus lecturas posibles, no me extrañarían que germinen otras tantas más y que cada uno de nosotros sigamos aportando más detalles al debate tras segundos visionados. Muchos nos preguntamos si la academia llegará a premiar un film como este, y la pregunta apunta a Mejor film, desde luego. Pues todo parece que depende de cómo ellos mismos lean la cosa. Seguramente si pudieron llegar a la cuarta capa, la que analizaremos ahora, no me extrañaría que se hiciera con todas las estatuillas.
Cuarta capa, el cine por el cine.
Todo es un sueño en el film, nada es real, no hay pasos entre la realidad y los sueños. El film es un gran espectáculo que nos habla del espectáculo mismo. Incluso los personajes, miembros de un equipo, son el equipo mismo: Cobb, es el director, Ariadne, el guionista, Eames, el actor, Saito, el inversionista, el estudio si se quiere, Arthur, el productor , Yusuf, el técnico; y finalmente Fischer, el espectador. Así como Fischer es inmerso en un mundo que no le pertenece pero que a la vez lo ayuda en su catarsis y transformación, Cobb hace la suya propia. Artista y espectador transitan por el mismo camino y llegan a semejantes resultados. Por eso aquello de que "con la más leve distracción el sueño colapsará", cualquier distracción que saque al espectador del embrujo frente a la pantalla, lo saca también del sueño compartido. "Para hacer una inception necesitamos imaginación", "esto es creación pura". Todo nos dice en una especie de meta lenguaje, esto es el cine, esto es hacer cine. Faraci también hace una estupenda explicación de qué juega Mal y los hijos en todo esto: las obsesiones del artista. Aquello que forma una especie de obstáculo en la creación, las proyecciones que hace Cobb de su esposa e hijos no solo lo perturban a él sino que juegan en contra de todos los que trabajan con él, así mismo perturban a veces las infaltables obsesiones del director en su obra.
Y nosotros entonces como espectadores somos como Saito oyendo que nos dicen: "Si quiere mi ayuda,tendra que ser muy abierto conmigo,necesito moverme entre sus ideas". Es que el espectador mal dispuesto nunca podrá sucumbir a su propio Inception. Aquellos que no se prestan al juego del soñar, los que van al cine sin la necesidad de soñar, allí quedan, en la primera capa, en el universo físico de la cosa. Pero otros, los locos desesperados por huir de alguna manera como Cobb huye del para nada casual Cobol (casi un juego irónico de nombres) nos dormimos solos, nos entregamos, nos fundimos.
Por eso Inception creo ha pegado tanto, por eso para mí es tan grande, por eso tardará en quitárseme de la cabeza si es que se me quita. Nolan ha logrado incertar el parásito más resistente: una idea.
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