Bajo el título polémico ‘Las muñecas son para las niñas‘, este libro de la Editorial Tramuntana cuenta la historia de lo que ocurre en una familia cuando llega una muñeca a casa. El último libro que nos ha llegado desde Boolino es una historia que habla con ironía de los estereotipos de género y de una casa revolucionada porque al hermano pequeño le han regalado una muñeca. El juguete le encanta: el niño le pone nombre y quiere llevarla al cole. Pero ahí su padre estalla.
El padre de esta familia, que termina comportándose como un energúmeno, refleja una figura paterna no tan antigua como puede parecer a primera vista: es un hombre que hace las tareas de casa, que cuida de sus hijos y que, en principio, tiene una mente abierta.
Un libro que nos hace pensar y que conviene tener cerca para cambiar esquemas.
Tenemos muy interiorizado que las niñas pueden jugar con soldaditos, dinosaurios, coches o espadas, pero ¿y si es el niño el que quiere jugar con muñecas? ¿se ve con la misma naturalidad? ¿le seguimos dando alas? Tengo la sensación de que eso no está aún aceptado de igual manera, cuando debería ser así.
‘Las muñecas son para las niñas’ un libro muy interesante para leer con nuestros hijos y para ver qué despierta en ellos. La primera vez que lo leímos juntos, el mío no dejaba de preguntarme por qué el padre se enfadaba tanto durante toda la historia. Lo vi perplejo y desconcertado, lo que demuestra que para él no había conflicto por ningún lado.
Después de una primera lectura seguimos hablando del tema para trasladarlo a otros ejemplos: ¿es el rosa un color de niñas? ¿hay colores para niño o niña? En casa, ésta es nuestra gran discusión, porque mi hijo rechaza este color por sistema, incluso separándolo de sus pinturas. Así que todo lo que nos ayuda a cambiar esta idea, bienvenido sea.
Es un libro que está escrito desde el punto de vista del hermano mayor, quien hace de narrador, dejando entrever de lo que se entera y de lo que no (algo que también nos hace pensar a los padres). Además, da pie a hablar de otras cuestiones importantes con nuestros hijos: las discusiones entre padres, los diferentes puntos de vista, la relación entre hermanos o incluso el divorcio, un tema que aparece mencionado.
Por esto mismo, por ser un libro complejo y con varios niveles de lectura, lo recomiendo para mayores de cuatro años. Quizá para niños de 3 años sea todavía un poco difícil de entender. Pero es una buena manera de introducir el tema de la igualdad con nuestros hijos.
Las ilustraciones son sencillamente deliciosas. Me recuerdan a las que acompañaban a las historias de Roal Dhal (Matilda, Las brujas, Charlie y la fábrica de chocolate) por su trazo y lo que transmiten.
¿A que tiene buena pinta?