Las mutuas: que no me quieran tanto.

Publicado el 02 agosto 2010 por ArÍstides


LOS QUE NO PIENSAN POR SI MISMOS, NO PIENSAN EN ABSOLUTO

El Sol saldrá a las 6,03h y se pondrá a las 18,10 h.

Las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales son asociaciones de empresarios cuya principal labor es gestionar las bajas laborales, ya sean por enfermedad común o accidente laboral de sus asociados. Se financian con dinero público procedente de las cotizaciones a la Seguridad Social de trabajadores y empresarios, pero sorprendentemente en sus órganos de dirección sólo están los representantes de la parte contratadora.

Llama la atención como estas asociaciones patronales muestran un interés especial por la salud de los trabajadores cuando muchos de ellos llegan a sus servicios porque las mismas empresas asociadas no dan la importancia que se merece a los planes de Prevención de Riesgos Laborales o de Evacuación. Siendo entidades privadas gestionan más de 9.000 millones de euros de dinero público y aunque están definidas como instituciones sin ánimo de lucro, se da la paradoja de que algunos de sus directivos perciben salarios de 300.000 euros al año, a demás de coches o sueldos blindados con idemnizaciones de 900.000 euros.

Funcionan en régimen de competencia entre ellas lo que justifican como una mejora de la gestión pero que el trabajador percibe como de una asistencia sanitaria de mínimos y muy mediatizada por intereses económicos del empresario contratante. Por otra parte, aunque las normas las dicta el Ministerio de Trabajo, son los directivos nombrados por las Juntas en representación empresarial quienes toman las decisiones que afectan a los trabajadores objeto de sus servicios. Por otra parte, desde hace años en un proceso encubierto de privatización de la Seguridad Social han visto como su campo de actuación se ha ampliado al de control de las enfermedades comunes y de tipo profesional; servicios ambos que tradicionalmente han sido dependientes del INSS.

Y llegados aquí, uno que ya sabe quienes son los Reyes Magos se pregunta qué tipo de amor se le puede tener a unas instituciónes, sin ánimo de lucro (majos que son), creadas por empresarios, gestionadas por ellos mismos con dinero público para dar servicio a unos trabajadores que carecen de cualquier tipo de representación. Desde luego, hay amores que matan.