Se trata de un abrigo rocoso cercano a la localidad gaditana de Jimena de la Frontera descubierto en 1978 por Francisco Corbacho, vecino de ese mismo municipio. Hace unos años se abrió un centro de interpretación de la prehistoria de Cádiz en la que se incluyó un panel-replica de sus murales dado que su acceso y progresivo deterioro hacen del abrigo un lugar poco atractivo para los visitantes, salvo los muy interesados o practicantes de senderismo.
La composición muestra una de las escenas marítimas más antiguas del occidente mediterráneo y han sido el pilar básico para apoyar las teorías de aquellos investigadores que sostienen que hubo un período previo a las colonizaciones fenicias, en las que poblaciones locales ya mantuvieron contacto con gente del mediterráneo oriental. Aparecen representados barcos que por sus detalles pueden ser clasificados como pertenecientes al mundo Egeo y pese a que su datación no es muy concreta, 1000 – 700 ANE., se trataría de naves de naturaleza griega del período protogeométrico o geométrico, es decir, de herencia micénica. Ello sigue en tela de juicio, pues como ya he apuntado ni su cronología ni su nivel de detalle nos permiten concretar nada. En estilo puramente esquemático pueden observarse mascarones de proa, de popa, velámenes ó remos, mezcla de ambos sistemas de propulsión… entre otros atributos, de este auténtico catálogo de embarcaciones de casi 3000 años de antiguedad, prueba palpable del encuentro de las culturas del Mediterráneo.
Irrefutable es deducir que representan un momento de la historia peninsular de gran conmoción y cambio dado que, la gente que dibujó estas pinturas estaba mostrando una clara fascinación por aquellas nuevas formas que surcaban sus mares y que les eran desconocidas previamente. Nos reflejan el choque, el impacto ante algo (las naves) que no pertenecía al ámbito cotidiano del grupo indígena, era de un mundo diferente, tanto instrumental como económicamente, como cultural e ideológicamente.
He tomado prestado de este blog tanto la imagen como la descripción del mural pues me han parecido muy completos y aclaratorios:
Montaje aclaratorio del mural de la Laja Alta
De izquierda a derecha podemos ver un primer barco carente de velas dentro de un cuadrilátero que puede ser un astillero. Podría compararse a un cothon o pequeño fondeadero artificial del que estaban dotados muchos asentamientos cartagineses. Su finalidad era resguardar las barcas cuando no se encontraban surcando el mar o para proceder a reparaciones. A la derecha del “astillero” vemos tres naves en disposición vertical. La nave superior es un barco con velamen y mástil central. Debajo de éste aparece un navío alargado con siete remos y quizás otro remo caudal a popa. La proa parece rematada por un espolón y de ser así estaríamos ante un barco de guerra. Debajo de éste hay otro barco con cuatro remos sin velas ni mástil y popa curva. A la derecha de éste grupo de tres hay otro barco con la popa curva hacia dentro con mástil y obenques y un objeto circular que puede ser una cofa (puesto de vigía). Se cree que puede ser un barco local de juncos. Debajo de éste apenas se percibe una embarcación pequeñita parecida a los barquitos de papel. Más a la derecha se sitúan los dos embarcaciones restantes y que son las peor conservadas. Solo se perciben a simple vista unos trazos borrosos de color rojo, debido al desgaste por los cambios climáticos. El primero de los dos navíos posee un mástil, timón lateral, dos grandes remos a modo de paletas y otros dos remos más simples. El último barco, mas pequeño, posee al menos tres remos, mástil y algo parecido a un castillo de popa.
Intercambio de bienes en la Laja Alta
Asimismo, existen otro tipo de dibujos que pueden ser un interpretados como un primitivo comercio -relaciones de intercambio- que se estableció a partir de ese momento de contacto. En otra escena, se puede apreciar a un personaje montado a caballo (¿un jinete de la élite local?) y una procesión de monigotes portando los bienes con los que se realizaban esas primitivas transacciones comerciales.
En este blog siempre se ha resaltado la importancia de la orografía del litoral Mediterráneo a la hora de determinar tanto su navegación por él (de cabotaje) como la dispersión de la población en sus orillas. Este abrigo es un buen ejemplo, pues representa el prototipo de lugar elevado muy próximo a la costa desde el que se avista y controla perfectamente el mar, y todo lo que por allí pudiera surgir. Además el Estrecho de Gibraltar comenzó a ser, desde época tan remota, lugar ineludible del paso de embarcaciones por lo que hacer un efectivo control sobre éste revertiría grandes beneficios. Tal es así que toda una serie de leyendas fueron creadas en torno a las Columnas de Melqart / Columnas de Hércules y el Fin del Mundo. Incluso a día de hoy, es un enclave estratégico del paso de naves mercantes y de otro índole desde el Atlántico al Mediterráneo y, viceversa, y su control se encuentra en constate disputa.
Protección del abrigo de la Laja Alta
Si queremos visitar las pinturas y no nos conformarnos con la replica del centro de interpretación de Benalup-Casas Viejas, sólo se puede hacer en grupos organizados por las diferentes empresas que cuenten con los permisos oportunos. Lo mejor es dirigirse al Ayuntamiento de dicha localidad o al de Jimena, directamente. Por otro lado, son perfectamente visibles desde el exterior dado que solamente se encuentran protegidas por un reja. Si tenemos buena visión o una buena cámara con zoom podremos verlas igualmente. Del paseo no nos libramos en ninguno de los dos casos.
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