"Las nutrias no piensan en el futuro"

Publicado el 08 abril 2014 por Héctor Castro Ariño @hectorcastroar

Análisis del relato LAS NUTRIAS NO PIENSAN EN EL FUTURO(de Ese chico pelirrojo al que veo cada día, de Ana María Moix)
Este relato es una parábola comparativa (frecuente en la estética novísima) entre dos realidades: la de la historia y la de la vida real. Se establecen tres paralelismos: el primero, entre el niño(del cuento) y el ser humano (de la realidad); el segundo, entre el loro(ficticio) y la sociedad, con todo lo que esta conlleva, (de la vida real) y, por último, el tercero se da entre las nutrias y el hombre conformista y totalmente pasivo (de nuestra cotidianidad real).
El hombre (el niño) de nuestra actualidad es un ser que, en muchas ocasiones, se deja manipular por el entorno. Hoy en día parece que lo más frecuente y lo más normal, o quizá lo más cómodo, es dejarse llevar por las circunstancias y por los acontecimientos. En lugar de intentar cambiar los roles, las estéticas o los factores sociales imperantes, existe una tendencia a intentar cambiarse a uno mismo para asemejarse a los condicionantes externos. Y, en otros casos, el ser humano arremete contra todo y contra todos, aun cuando no lleva razón, para intentar forzar un cambio en lo que le rodea, debido a la situación de agobio y frustración que le transmite un sentimiento de rebeldía ante la sociedad. Por tanto, en general, es el hombre el que intenta asimilarse a los factores que le presionan. Estos factores o condicionantes(que en la historia vendrían representados por el plumífero) marcan unas pautas en nuestra sociedad que presionan constantemente a la persona como ente individual, pero que la enmarcan en un ente global y genérico sin el cual parece que se hace difícil identificar al ser humano. Por último, viendo que no se puede salir de esta situación o, quizá mejor, viendo que es muy difícil y que requiere mucho esfuerzo, existen aquellas personas (las nutrias en el relato) que deciden no involucrarse, no razonar demasiado y asumir por inercia los roles que les vienen marcados desde las directrices de la sociedad y de lo establecido. Todo ello recuerda, en cierta manera, el relato “Correo urgente”.

Ana María Moix.


Ana María Moix ha querido reflejar el sentimiento de androide o de robot, caracterizados por su falta de razonamiento, que produce nuestra sociedad. Quizá estas ideas se asemejen a principios idealistas, pero lo cierto es que aquel que se deja arrastrar por su originalidad y creatividad, o aquel que deja espacio a su imaginación o que intenta desmarcarse de los principios establecidos es etiquetado como el que va errado, como el que se equivoca y, en definitiva, se convierte en el prototipo de persona que la sociedad no quiere aceptar y, a su vez, esto se debe fundamentalmente a la impotencia que produce el no poder comprender este comportamiento. Esta incomprensión es la barrera que dificulta más la aceptación de esta conducta e incluso el cambio paulatino y plural de nuestros propios comportamientos. Estas ideas o impresiones son perfectamente aplicables a todos los campos de nuestra vida: en el propio existir; en el arte; en la literatura; en el terreno laboral; en las cuestiones sentimentales; etc.

Algunas cuestiones interpretativas de este relato, así como de toda la obra (Ese chico pelirrojo al que veo cada día), puede variar de una lectura a otra ya que sus líneas permiten distintas concepciones aunque sin romper la misma exégesis general.