Desde que a Felizmenteatado se le acabó la baja por paternidad las mañanas "sola ante dos Little" no tienen desperdicio... antes de las vacaciones era una contrarreloj para llegar a tiempo a coger el bus de la ruta al cole.
Yo me comporto como un entrenador intentando motivar a Ana para conseguir que: desayune decentemente, se vista, peinarla, haga pis, inhale su aerosol, se lave los dientes + morretes, preparar su almuerzo para el cole, limpiarle las gafas (¿por qué nunca caigo en hacerlo la noche anterior?), etc... mientras rezo para que Dani no se despierte o al menos no llore.
Un día de estos LittleD lloraba mucho por hambre y no me quedó otra que darle el pecho mientras LittleA desayunaba.
Ana bebiéndose su leche mira fijamente a Daniel y dice:
-Mamá, ¿la leche de tu teta sale con Nesquik?-
Cuando estaba embarazada Ana observaba mucho mi tripa, o al menos la tenía muy en cuenta. Si se ponía triste por algo yo la cogía en brazos y le preguntaba: ¡Ana ¿te has sentado encima de tu hermanito?! y eso siempre le sacaba una sonrisa.
Tras dar a luz la tripa "desapareció" (lo pongo entre comillas porque las que habéis dado
a luz, menos la Pataki y alguna más, ya sabéis como se queda la zona) volvimos a casa con LittleDani. Ana me observó y dándome unas palmaditas en la tripa dijo:-Mamá, todavía te queda un poco de Daniel aquí-
¡Ouch! esa frase... aquel día no comí postre, pero sólo aquel día.
Cada mañana, lo primero que hace Ana al despertarse es buscar a Daniel, le trata con un cariño que a veces da miedito por lo efusivo, pero a David y a mi nos enternece un montón.
Esta mañana Ana me ha sorprendido contándole esto a Daniel (lo reproduzco lo más fiel posible, os aseguro que estas son las palabras que ha utilizado).
-Buenos días Daniel, eres mi niño favorito. Eres precioso. Todos te queremos mucho y tienes una familia preciosa. Mamá te quiere porque te da la teta y cambia el pañal, y papá también, y te cuidan mucho los dos. Mis abuelos te cuidan y te quieren también, los abuelos "chatos" y los abuelos "andreses"-
Y ya al final, cuando LittleDani empezaba a lloriquear:
-Venga mi chico, no te emociones, que ahora mamá te da de comer-
Es o no es grande mi LittleAna.
Tengo que explicar lo de los abuelos "chatos y andreses": Ana tiene la suerte de tener dos parejas de abuelos que, además de quererla como nadie, ¡se llaman igual!. Antes de que empezase a hablar nos preguntábamos cómo llamaría LittleAna a sus abuelos para diferenciarlos.
Como el abuelo Andrés (paterno) siempre le dice: -¡Hola chata!-, él y la abuela se quedaron con "Los abuelos chatos". Luego ya, por su cuenta, Ana decidió que los abuelos maternos serían "Los abuelos Andreses".
Si os apetece leer las anteriores entregas aquí las tenéis todas.
See you later alligator!