Una de las más abundantes entre las que me vi era la Mycena seynii, que suele recibir el nombre de seta de las piñas por razones bastante obvias.
Se trata de una seta de tamaño pequeño o mediano que crece entre las brácteas de las piñas, una vez que estas están en el suelo y se abren. El sombrero, aunque es acampanado al principio, se va aplanando a medida que crece, aunque nunca llega a ser completamente plano. La cutícula es de color pardo grisaceo, aunque a veces puede presentar tonos rojizos.
Otra especie frecuente en los pinares y que pertenece al mismo género que la anterior es la Mycena capillaripes, una seta de pequeño tamaño que suele presentarse en grupos, en ocasiones muy numerosos. Esta especie fructifica sobre las acículas de las coníferas, en este caso sobre las de Pinus pinaster.
Aparte de estas dos especies, que prácticamente aparecían por todos lados, me encontré con dos setas solitarias que crecían también entre las acículas de los pinos.
La primera era una seta pequeña de color anaranjado, que por su aspecto me pareció un falso rebozuelo (Hygrophoropsis auracanta). Curiosamente el año pasado me había encontrado en este mismo sitio con una corra de rebozuelos "auténticos" (Cantharelus cibarius), y tenía esperanzas de encontrarlos en esta visita, pero no había ni rastro, probablemente porque alguien se me habría adelantado.
La otra especie que me encontré, también una seta solitaria, era la que tenéis aquí arriba, que me parece que pertenece al género Russula, aunque no estoy seguro.
Yo no soy ningún experto en setas y salvo unas pocas especies fáciles, no me arriesgo a coger ninguna para llevármela a la mesa, así que la mayoría de las veces me limito a fotografiarlas. No sería raro que hubiera metido la pata con la identificación, así que si alguno de vosotros me echa una mano se lo agradecería.
NOTA: como siempre, haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.