Las palabras: cómo usarlas a nuestro favor

Publicado el 27 mayo 2019 por Carlosgu82

Tenemos que ser observadores, cuidadosos con las palabras que usamos. Las palabras que usamos se convierten en la voz interna de apoyo que necesitamos o en algo destructivo que nos mantiene alejados de nuestra propia grandeza.

Las palabras son poderosas. Tienen su peso. Pueden hundirte muy abajo o elevarte muy alto, según de qué se trate. Tienen duración, pues pueden permanecer una vida entera en nosotros.

Igualmente hay que cuidar aquellas palabras que dedicamos a otros. Podemos inspirar confianza o desconfianza con ellas. Por eso es importante escogerlas muy bien, sabiamente. A lo largo de la historia, las palabras de diversos líderes y personas significativas han ido moldeando la percepción de lo que es la humanidad y aquello en lo que puede o no convertirse. De ahí la importancia de observar las palabras que se piensan, se hablan y se escuchan, porque eventualmente crearán el mundo que nos rodea.

Estudios neurocientíficos apoyan el hecho de cómo las frases y las afirmaciones positivas, repetidas de manera habitual, pueden introducirse en la mente subconsciente y generar un impacto positivo en la persona y su comportamiento. Estas afirmaciones cambiarán los senderos neuronales, por lo que se crea una inclinación hacia los pensamientos optimistas, que a su vez dan origen a hábitos positivos y a una vida más feliz.

La respuesta está en poner en práctica el poder de las palabras para nutrir el espíritu y también, lógicamente, para generar momentos y ambientes más optimistas e inspiradores. ¿No es cierto que todos merecemos tener buenos pensamientos y encontrar ese lugar de mayor alegría y felicidad?

Muchas veces hemos oído el conocido dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”. Pero, la verdad es que una palabra puede contener en sí misma más poder del que imaginamos y, acompañada de otras palabras, puede incluso llegar a ser demoledora.

Es descorazonador que la riqueza lingüística que tenemos se utilice en tantas ocasiones para insultar, mentir, discriminar o falsear la realidad, ninguna palabra de este planeta merece esa utilización.

Las palabras pueden ayudarnos, pueden obstaculizar nuestro avance. Las palabras pueden sanar y hasta matar. Constituyen la mismísima materia de toda nuestra realidad. Y cuando adquirimos consciencia de su verdadera fuerza, cuando descubrimos la diferencia entre el lenguaje del progreso y el del pesar, nuestra vida empieza a cambiar.

Saber comunicarse implica hacerse entender, y entender a otros, comprender mejor lo que sucede en la sociedad y en el mundo, saber influenciar, crear conexión con tu interlocutor, fomentar el respeto, ganarse la confianza de los demás

Está demostrado que nuestras palabras están estrechamente relacionadas con nuestra actitud, y esta a su vez con nuestras creencias. Se trata de ser naturales y comunicarnos con sinceridad.