Natalia Ginzburg (Palermo, 1916 – Roma, 1991) escribió Las palabras de la noche (1961) durante una breve estancia en Londres. Esto ocurrió cerca de diez años después de publicar la que muchos consideran su obra maestra, Todos nuestros ayeres (1952), una novela que, siguiendo las peripecias de una muchacha, recorre el devenir de una familia desde antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial hasta la liberación de Italia, narrada con una «escritura hablada» que es sin duda una de las marcas de la autora, siempre próxima a la oralidad, al universo de lo cotidiano en forma y fondo. Las palabras de la nochecomparte (e incluso acentúa) este último rasgo, aunque, en conjunto, su alcance resulta menor, en el sentido de que limita la acción a dos personajes y se desarrolla durante poco tiempo, por lo que se pierde esa dimensión macrohistórica que tienen tanto Todos nuestros ayerescomo Léxico familiar (1963, Premio Strega). Aun así, un menor alcance no significa una calidad inferior, ya que Natalia Ginzburg también posee las herramientas para brillar en la distancia corta, como había demostrado, por ejemplo, en la magnífica Y eso fue lo que pasó (1947).
Natalia Ginzburg
Natalia Ginzburg escribe siempre con una ligereza aparente que le permite ahondar en la psicología de sus personajes. Sus novelas son muy cercanas a la vida, al día a día, a lo común. Con un estilo claro y conciso, libre de artificios recargados, pone el dedo en la llaga en los conflictos de los personajes, a los que muestra no solo a través de lo que dicen, sino, y sobre todo, de lo que hacen y lo que callan. Es una narradora muy, muy inteligente, de esa inteligencia que ni se nota, porque no busca el alarde, tan solo deja que la historia fluya, adaptándose a las necesidades de esta. Y lo consigue gracias a un estilo limpio, tan sencillo que hace que parezca fácil escribir, aunque es bien sabido que cuesta mucho depurar la voz hasta lograr esa pulcritud. Hoy, medio siglo después de su publicación, Las palabras de la noche sigue siendo una novela que nos atañe, que habla de nosotros y de lo que nos vuelve vulnerables. Como Y eso fue lo que pasó. Como Todos nuestros ayeres. Como Léxico familiar. Como Querido Miguel. Como… como todo lo que escribió esta escritora extraordinaria.Imágenes de la película Las voces de la noche(2004), una adaptación de la novela de Salvador García Ruiz.