Se está poniendo de moda la literatura del mundo rural. A mí me deslumbraron, cortesía de maese Moro, los Fantasmas de piedra, pero el movimiento continúa. El otro día en El Mundo hablaban de Avelino Hernández, un soriano al que no conocí y al que publican ahora Desde Soria al mar. Y las palabras de su abuelo, que son el nuestro: "Mira, hijo, cuando seas mayor ya no vivirá nadie en Valdegeña. Entonces, a ver si estas cosas de nuestro pueblo las escribes en un cuaderno. Porque entonces todos viviréis en ciudades grandes y los niños ya no sabrán cómo vivíamos los antiguos".
Esa confianza castellana en la palabra escrita como único remedio frente al olvido...