Nos cuesta poco criticar a los chinos de que montan bares, con una inversión mínima o ninguna, con precios muy ajustados y encima ponen tapa de cortesía, haciéndole sombra a los bares de toda la vida, pero las panaderías Granier han hecho exactamente lo mismo y nadie se queja, a excepción de la competencia.
Lo que está claro es que la imagen que venden de "todo artesano", incluso poniendo una especie de horno falso con cristal transparente para que se vea, ha tenido éxito, porque la clientela parece estar encantada. Así que parte de la culpa la tiene la propia clientela, pero es normal que en épocas de crisis, la gente se decante por lo barato, sin importarle la calidad.
Lo peor de todo es que esta guerra de precios ha provocado, se quejan las panaderías cercanas a Granier, el despido de varios empleados, porque tienen que bajar precios.
Incluso parace que han recibido denuncias colectivas (porque la numeración de la denuncia era consecutiva) por parte de la competencia, y como no pueden denunciar por ser baratos, porque es LEGAL, denuncian por "simplezas", por ejemplo, que el baño no cumple con los 80 cms. de anchura para que quepa una silla de minusválido, o rejillas de ventilación mal colocadas.