En un ambiente hostil, parte de la afición perica quedó retratada en sus pancartas. El machismo se desbordaba en unas y el odio en las demás, y juntas eran un monumento al barriobajerismo, acompañados en el campo por Alvaro y Caicedo, y con la aquiescencia de quien lo permitió.
Aunque cuesta pensar que ese deseo de limpieza y honestidad sea bien visto por todos, empezando por algunos periodistas que escriben al dictado y que desconocen el significado de imparcialidad y que en una liga justa(ya no digamos si usaran la tecnología como en otros deportes) tendrían menos opción.
Sepulcros blanqueados que hacen de la mentira un don y de la ética una enemiga.
Luego al ver las consecuencias algunos se avergüenzan del clima de violencia que nos invade.
Sin pensar que a veces el amo lanza el palo y le echamos la culpa al perro por traerlo
PD: Y Leo ya lleva 5. La bilis ha subido de nivel en algunos sitios