Autor: Emilio Salgari
Colección: Robin Hood
Edita: Acme, Buenos Aires, 1960
Estamos en el mediterráneo renacentista, entre Italia y Argelia, zona de continuos enfrentamientos entre los corsarios musulmanes y sus rivales cristianos, liderados por los caballeros de la Orden de Malta. En ese terreno, donde las incursiones a los poblados costeros son cotidianas, el barón Carlos de Santelmo debe ir a rescatar a su prometida Ida de Santefiore, secuestrada por los piratas argelinos. Y que no capturada por casualidad: un esclavo de ella, Zuleik Ben-Abad, es el responsable del ataque al castillo de Santafiore y el secuestro de ida. Es que Zuleik no es un esclavo normal: hijo de una poderosa familia de Argel, si no escapó antes fue por el amor a Ida, a quien incluso defenderá de caer en las manos de los poderosos jefes piratas de Argel. A ese lugar, Carlos y su segundo, “el gordinflón, flojo y cobarde “Cabeza de Hierro” (“comic relief” si lo hay) y auxiliado por un grupo de corsarios que hacen trabajo de infiltración para rescatar esclavos cristianos, entrará en Argel para rescatar a su prometida.
Lo que sigue es una aventura trepìdante, que no para en ningún momento y donde a cada instante las cosas giran hacia un rumbo desconocido. Como las buenas historias de acción, las respuestas a las situaciones se dan gracias a que los personajes principales están bien construídos. El barón de Santelmo es atrevido, valiente, un poco demasiado arrojado y decidido a toda costa a recuperar a su prometida. Su rival, Zuleik es alguien a medida: su (real) amor por la cristiana le hace arriesgar todo –hasta su posición social- y su orgullo no le impide reconocer en el barón de Santelmo una dignidad de iguales. Su hermana Amina (que se encapricha con el barón pero termina ayudándolo) es igual de orgullosa, e inteligente, enfrentándose al os propios guardias del sultán en un momento. Incluso Ida es algo más que la simple damisela en peligro, demostrando por momentos el temple de alguien criada en una zona como esa donde la destrucción y la esclavitud eran cotidianas. Incluso los personajes secundarios están bien armados.
El resultado es una de las mejores novelas de Salgari y uno de los verdaderos clásicos de las novelas de aventuras. Si obviamos los momentos anti islámicos que aparecen seguido en la novela (que están, para qué negarlos. Insisto que hay que tomarlo en el contexto en que se escribió), esta novela es brillante. Si me preguntan, lectura imprescindible para cualquier lector de novelas de aventuras.
Y a destacar las ilustraciones de está edición hechas por el dibujante Carlos Clemen que son una maravilla. Viéndolas , quiero ver alguna de las historietas que hizo.