Las pautas del AMOR han cambiado

Publicado el 24 septiembre 2013 por Bebloggera @bebloggera
Por Tiana 2.0 desde Uruguay (P)


Las pautas del amor, seguro que han cambiado. Desde tiempos inmemoriales las mujeres soñamos con el bendito príncipe azul que nos rescate de nuestra aburrida y rutinaria vida. Lo que jamás tuvimos presente es que el príncipe pudiera terminar convirtiéndose en sapo. Claro está que no tiene nada que ver con que se convierta luego de conocernos, sino que, contrariamente a los que nos contaron en el cuento de hadas, el príncipe siempre fue un sapo. No se horroricen, ellos disimulan sus verrugas con cierto chamullo, mientras que nosotras recurrimos al push up y el siempre bien amado make-up. ¿Qué como nosotras disimulamos verrugas de sapo? Vamos… que si de algo no se trata la seducción es de ser honestos, precisamente.

Pero, ¿cómo disimulamos todo eso y seducimos en el siglo XXI?, cuando ya el cortejo romántico, las cartas de amor y las suspiros a la luz de la luna dejaron de ser el prototipo de amor idílico que aspiramos públicamente a padecer. Lo hemos cambiado por mensajes de texto, e-mails, llenos de abreviaturas y faltas de ortografía. ¿Será que el siglo XXI traerá una generación que se ahorrará preámbulos para, además de ir al grano sin ningún tipo de inhibición sexual, se saltarán los problemas amorosos?  ¿Será que se nos ha acabado el amor romántico y duradero?

Sin temor de caer en patetismos apocalípticos, la búsqueda inquieta que hacemos las mujeres del perfecto príncipe azul desde hace algunos años, ¿la habrá simplificado la tecnología? O simplemente vamos a avistar una nueva forma de interrelación entre el hombre y la mujer. Claro que a través de las redes sociales podemos disimular más que verrugas, pero, ¿realmente alguien cree que del otro lado de la pantalla hay alguien tan genial y cool como lo que aparenta ser? En qué momento se nos ocurrió pensar que la red simplifica relaciones, y nos da el beneficio de ahorrarnos pasos a seguir. Es como amor para microondas, “use este paquete que obtendrá el mismo resultado en menos tiempo”. ¿Realmente alguien se cree eso?Planeamos develar, mediante historias reales (con nombres ficticios) situaciones cotidianas, para ver que tan sapos son ellos, y que tan princesa (no) somos nosotras frente a la P.C.